Selasa, 05 Juli 2011

Una asociación de pena ajena: Mensa



A mediados del 2001 hice el examen de MENSA (*), la cual es una Asociación Civil, con sede en el Reino Unido, en donde se aglutinan -supuestamente- las personas más inteligentes del planeta. Hice el examen, para así saber mi IQ (Intelligent Quotient), el cual supuestamente también, mide la inteligencia de las personas. De acuerdo a la inefable wikipedia:


"El cociente intelectual, abreviado CI (en inglés Intelligence quotient, IQ), es una puntuación, resultado de alguno de los tests estandarizados diseñados para medir la inteligencia. Fue empleado por primera vez por el psicólogo alemán William Stern en 1912, como propuesta de un método para puntuar los resultados de los primeros tests de inteligencia para niños, desarrollados por Alfred Binet y Théodore Simon a principios del siglo XX, de forma que pudieran compararse entre sí. En dicho método, se dividía edad mental por la edad cronológica, dando como resultado el mencionado cociente".

Creo recordar que una prueba similar fue desarrollada por Binet para "calificar" a quienes querían entrar a los Estados Unidos, a principios del siglo pasado. Dicho de otra manera, lo que el gobierno norteamericano quería en ese entonces, era un argumento para rechazar la solicitud para inmigrar a los Estados Unidos. Simplemente era un pretexto formal para evitar la entrada.

Pero "haiga sido como haiga sido", (Calderón dixit), el asunto es que se popularizó la idea de que la inteligencia podía ser medida y cuantificada. Y así nació formalmente la prueba del cociente intelectual, también conocida por IQ.

Pues bien, Mensa, como decía, es una asociación civil que por unas 12 libras te hace el examen de IQ. En mi caso, un amigo quiso que hiciésemos ese examen. Conocía a una chica que pertenecía a esa Asociación y podía hacernos dicho examen en la ciudad de México.

Así entonces, nos apersonamos a la casa de esta mujer de MENSA y ella nos puso en cuartos diferentes (éramos mi amigo, su novia de ese entonces y yo). Cada uno en un cuarto diferente, aislados de los demás. Nos dio el examen y nos dijo que teníamos 40 minutos para resolverlo. El pergamino contenía 40 preguntas, todas de opción múltiple. Cada pregunta mostraba secuencias de dibujos: bolitas, bolitas con rayas, bolitas con puntos y... había que poner la siguiente gráfica de acuerdo a cuatro opciones.

Las primeras 8 preguntas eran relativamente sencillas y las había hecho casi de inmediato. Pensé entonces que 40 minutos era mucho tiempo, pero... he aquí que empezó a complicarse el asunto: bolitas con rayas, bolitas con puntos, bolitas con rayas y puntos, bolitas solas... y ahora ¿cuál es la siguiente en la secuencia? Empecé a palidecer... No estaba tan fácil y cada nueva pregunta era más complicada. El examen, de esta manera, se podía hacer en cualquier parte del mundo, porque no se valoraba más que esta capacidad de asociación.

Iba por la pregunta 32 cuando abrió la puerta la mujer de MENSA. Me dijo: quedan 5 minutos. Entonces alarmado le dije: "no voy a acabar en ese tiempo". Me respondió. "Si no tienes tiempo suficiente, pon cualquier respuesta, pero entrega todo contestado". Y así, faltando un minuto seguí la sabia recomendación: "Ave María dame puntería" y contesté azarosamente las últimas preguntas. Salí del examen pensando que si sacaba 100 (la media) me tendría que dar por bien servido. Realmente me deprimió todo este asunto.

Al cabo de unas semanas, me llegó una carta con mi resultado. Había sacado 151 puntos, lo cual calificaba entre el 3% de la población más inteligente en el mundo. Pues bueno, eso significa que tuve buena puntería, porque francamente responder así me parece poco menos que ridículo. Así entonces, pensar que ése es mi IQ es una vacilada que nomás se la creen los de MENSA y aquellos que tengan un gran ego, pienso. A mí me parece una soberana burla.

Pero lo peor estaba por llegar. Con la carta de marras, MENSA me invitaba a suscribirme (claro, previo pago), de su revista para inteligentes. Pero no se crea que era una publicación de acertijos ingeniosos, no. Se trataba de una lista de personas que habían calificado más o menos con los mismos valores que yo, y así entonces, poder ponerme en contacto con estos seres tan inteligentes.

Por supuesto que los ignoré, porque me parece de entrada lamentable que "las personas dizque más inteligentes del mundo" hagan discriminación a partir de una medida tan poco confiable como el IQ. Vaya, se mostraron como los más racistas.

Olvidé el asunto finalmente y no supe más de MENSA. Por ahí tenía mi carta con mi flamante 151 puntos de IQ pero creo la perdí. Sin embargo, en el 2009 recibí una carta de Cinthia Reyes (presidente@mensa.org.mx), para que me uniera a MENSA - capítulo México. Le contesté esto:

Hola, Cinthia, 

Hice el examen más por un reto que por otra cosa. La verdad es que me parece lamentable Mensa. Hay suficiente discriminación en el mundo para además aceptar a una pretendida organización que discrimina por cuestiones intelectuales, amén de que  la inteligencia misma no es muy claro que se pueda medir como además, pretende Mensa hacerlo. Así que bien puedes quitarme de esta lista, porque no me interesa pertenecer a esta asociación que discrimina.

Pensé que esto sería suficiente, sin embargo, me contestó con esto:

Que tal, Manuel....

Me parece una verdadera pena -y lamentable, tal como tu describes- que consideres que los objetivos de Mensa son únicamente discriminatorios, si bien son el
pretexto para reunir gente de acuerdo a un estándar -elegido por alguien más, con o sin razón-. El objetivo primordial de Mensa que el presente comité acoje es el de hacer cosas en beneficio de los demás y la forma de trabajar del presente comité busca unir Mensa con otro tipo de organizaciones -cosa que hemos empezado ya a hacer- a fin de hacer sinergia, no divisiones.

Como mencioné en alguna parte del correo de hecho es para eso que formamos una A.C., para poder obtener fondos y hacer proyectos reales de impacto en beneficio de los demás.

Te agradezco te tomaras la molestia en responder de cualquier manera y como comentario al aire, espero que la próxima vez que
tomes un reto -que además te cueste- te tomes también la molestia de leer los objetivos detrás de aquello que juzgas.


Saludos cordiales....

Cinthia Reyes


Así terminó esta absurda historia. Aparte salí hasta regañado. Se ve que son personas muy inteligentes y poco tolerantes con una opinión adversa. No me cabe duda.

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(*) A quien le interese esta ridícula asociación en México, puede darse una vuelta a http://www.mensa.org.mx/.

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