Selasa, 19 Juli 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capítulo 15)


Décima quinta entrega del micro-libro de Enricco Wizard:

"Con el alma en la mano y apretando las 
cejas le pregunté a mi adorada consorte 
-más vale que sea tuyo o estoy en un serio 
aprieto- mientras le entregaba el pequeño 
lápiz delineador extraviado en mi automóvil. 
Su franca sonrisa me demostró cuán valioso 
es tal artículo y cuánta fidelidad puede existir 
en el frágil corazón de un hombre, además de 
los consabidos beneficios de la producción 
industrial en serie que seguramente habrá 
salvado a más de un afligido matrimonio."


Jaque Mate
o
¡A la rurru meme!

No puedo omitir algunos comentarios personales sobre la siempre perfectible técnica del entrevistado. Me refiero a aquél personaje que por requerimientos profesionales tiene que enfrentar a un grupo de individuos, en ocasiones desconocidos, con el objeto de someterse a una entrevista formal. Existen infinidad de variantes pero el común denominador consiste en la prepotente actitud de los entrevistadores. Ellos no persiguen otra cosa más que conseguir que usted quede en ridículo por lo que enfocarán su ataque sobre los flancos más descubiertos. Espere preguntas que nada tienen que ver con su campo de especialidad. La idea es crear el desconcierto a fin de someterlo a aceptar que usted es tan frágil como un trozo de mantequilla sobre la estufa. Es aquí donde la técnica del entrevistado se convierte en un factor invaluable. Lo primero que debe saber el entrevistado es que en el grupo entevistador hay más de uno que no tiene la menor idea sobre qué tema versará la entrevista o sobre qué es conveniente preguntar. Sea paciente y espere a que le hagan la primer pregunta. Como en el ajedrez, la primer jugada es la más importante del juego y usted trae las negritas. De ser posible rompa el turrón con algún comentario intrascendente si es que percibe un ambiente demasiado hostil. Puede comentar sobre el clima o la paliza que le dieron al Real Madrid, en fin, plática de elevador. Todo comentario que usted emita deberá partir de la base de que usted ya lo ha vivido hasta el cansancio, o sea, usted responde en base a su amplia experiencia. Asuma pues la pose del experto sin ufanarse demasiado. Si le hacen una pregunta “de a gratis” o “de regalo”, trate de jalar a los involucrados a algún tema de interés que usted domine. Una pregunta de regalo es aquella en la que usted prácticamente queda en libertad de determinar el tema y el posible curso de la plática. Si le hacen una pregunta de este tipo es preciso que responda con soltura y se adentre en el tema buscando despertar el interés de los entrevistadores. Usted domina el tema y si ellos se interesan entonces ya tiene la partida ganada. Otra técnica consiste en fingir demencia sobre algún tema específico que usted domine. Basta con balbucear en el momento preciso y sus entrevistadores se lanzarán como hienas salvajes sobre su persona, justo lo que usted estaba esperando. Existe también la pregunta explicatoria, esto es, cuándo a usted le piden que explique algo. Ello es un claro indicio de que los que preguntan no saben gran cosa sobre el asunto. Ilústrelos y aplique las técnicas antes descritas: toque temas de interés sin elaborar demasiado a fin de mantener la inercia y finja demencia cuando sea necesario. Tenga siempre un par de preguntas a la mano. Es común que los entrevistadores le concedan el derecho de hacer una pregunta simplemente para confirmar que usted no venía preparado y que no tiene nada que añadir. Sorpréndalos haciendo un planteamiento sobre algún tema internacional, por ejemplo, algo relacionado con los problemas financieros en Asia. Lo más seguro es que quedarán atónitos con tal muestra de cultura financiera. Asegúrese de tener la cotización del Yen fresca y en la mente y hasta con cinco cifras decimales.

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