Rabu, 06 Juli 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capítulo 2)


Segunda entrega del libro inédito de Enricco Wizard:


Otra tarde más rumbo a casa después 
de un día jodido. Al cinto, mi formidable 
celular digital sin el cual la dulcinea no 
hubiese podido comunicarme jamás el 
proyecto más importante del día: 
conseguir unos pañales para niña 
del número cuatro.

La Internet
o
Una de las sietemil cuatroscientas veintidós maneras de rascarse la panza

La Internet está aquí, nos ha tomado por sorpresa, nos invade, nos sale al paso. La doble u, doble u, doble u es un ingenioso artificio para comunicar a la gente pero la experiencia nos ha dictado que en realidad es un instrumento que ha fomentado el aislamiento más pavoroso del que se tenga memoria en épocas recientes. Esto, aunado a la introducción del servicio de pizzas a domicilio, han contribuido en gran medida a que el destino de las generaciones futuras, exceptuando a la familia Hut, se vea gravemente menoscabado. El prototipo del cibernauta futuro es un individuo parapléjico y con acné galopante que muestra una total incapacidad de socializar o mantener una secuencia lógica de diálogo por más de medio minuto, salvo cuando la conversación ocurre vía modem. Tal individuo suele ser un verdadero especialista en algún tema que raya en las fronteras de la ciencia. La teoría de la relatividad especial, pasando por la antigravitación y haciendo escala en la levitación hindú, son temas de su absoluto dominio, a los cuales dedica largas horas de estudio frente al computador. El cibernauta vendrá a suplir al típico "nerd" ya que su armazón genético es mucho más adaptable al desarrollo tecnológico que experimentamos actualmente. La mayor contrariedad es que su esperanza de vida dejará mucho que desear por las razones ya expuestas. Esta actitud sedentaria es apenas un reflejo de un perfecto mecanismo con el cual la naturaleza, en su incomprensible sabiduría, somete a los hombres a fin de depurar a las especies. La alta incidencia del síndrome del túnel de carpio, la miopía juvenil, y las almorranas fulminantes, son una muestra más de como la especie humana enfrenta su propia negación existencial. Tal vez suene escalofriante, pero eventualmente la Internet fracasará y si nuestra especie conserva las extremidades superiores, regresaremos al ábaco, magnífico instrumento ancestral. Esto ya lo sabían los chinos desde hace miles de años pero se empeñaron en tender su muralla y fueron pocos los que se enteraron de sus sorprendentes descubrimientos. La analogía es por demás evidente.  La Internet no es otra cosa que la versión moderna de la muralla china, una barrera infranqueable que acabará por aislar a un grupo de desvalidos. Es cuestión de meditar y decidir de que lado de la muralla queremos estar, o mejor aún, echemos una mirada a nuestro alrededor para ver de que lado nos ha tocado estar. Ya ubicados podemos entonces rascanos la panza a placer.

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