Sabtu, 09 Juli 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capítulo 5)


Capítulo 5 del micro-libro de Enricco Wizard:


Jacinto murió por la fuerza inaudita de su propio revólver 
automático, un 45 super especial. Como mudo testigo las 
meninas de Velázquez, único cuadro que adornaba el cuartucho 
donde tras dos golpes de sangre feneció el buen Jacinto. 
Fue un accidente de lo más ridículo, y no me refiero a la muerte 
de Jacinto, sino a la cadena perpetua que bajo sentencia unánime 
le echaron a cuestas a su mejor amigo y compadre Luis Emilio 
Guajardo, y todo porque las meninas decidieron no abrir el pico. 
(libre adaptación de un relato de García Lorca)


La PC vs el mainframe
o
De chile, de dulce y de manteca

Primero fueron las cuentas de obsidiana, después los ábacos, y después, súbitamente, la pista perdióse por y para siempre. Hoy en día existen cientos de modelos de computadoras. Cada una de ellas cubre un mercado específico pero en esencia su función es prácticamente la misma, la de almacenar información, clasificarla y escupir toneladas de información en forma de reportes, sean éstos impresos o de otra índole. Dicho de otra manera, nada que esté fuera de las posibilidades de una eficiente secretaria, con la única desventaja de que a María Fernanda de vez en cuando se le corren las medias. Contrariamente a lo que pudiese pensarse primero se dieron los dinosaurios computacionales. Eran éstas máquinas de enormes dimensiones y la razón es por demás simple; novedosas técnicas de manufactura, cada vez más sofisticadas, han ido permitiendo la fabricación de dispositivos que tienden a ser más pequeños y eficientes, y por virtud de su comercialización masiva, más económicos. Un beneficio colateral es que nuestra conocimientos en geografía se ven favorecidos pues ya no nos causa sorpresa ver leyendas que dicen: "Made in Malasya" o "Assembled in Singapour". A diferencia de sus antecesoras, las computadoras modernas utilizan diminutos circuitos de Silicio, un abundante elemento que se encuentra en la tierra. Dicho de otro modo, sin proponérnoslo, hemos regresado a la edad de piedra. Aún así, el avance en todas las ramas de la ciencia es a todas luces irrefutable e incontenible. Ya no nos asombra pues que el sobrinito tenga un reloj que le permita almacenar un chorizo de nombres y teléfonos. Hace apenas unos años esta hazaña tecnológica era apenas un sueño guajiro en la imaginación de unos cuantos iniciados. En apenas un puñado de años la tecnología nos ha invadido de los pies a la cabeza. La TV a colores, sólo por citar un ejemplo, se nos antoja algo tan cotidiano como un rechoncho rábano. Así es, en lo que se refiere a computadoras modernas, las hay de chile y de dulce. La única diferencia entre un modelo y otro está en el número de ingenieros de soporte que habrán de visitarnos regularmente. Cuando se adquiere un sistema corporativo, que aquí en confianza es otra manera de decir "costosísimo", usualmente se firma un contrato de servicio que incluye visitas periódicas de personal especializado, cosa que no ocurre cuando usted adquiere una computadora personal, que por cierto  hoy en día puede usted adquirir por un par de dólares adicionales en la compra de un "dinner combo deal" en cualquier McDonalds. Los ingenieros de soporte son usualmente personas muy atentas, corteses y hasta bonachones que están siempre con la mejor disposición de ayudarnos a resolver algún problema que por lo regular no se encuentra documentado en ningún manual. En ocasiones, sin embargo, y esta es la excepción a la regla, la solución al problema se menciona en un párrafo aislado de un capítulo que nada tiene que ver con el asunto en cuestión y que pertenece a un apéndice que fue publicado seis meses después a la publicación de los cincuenta y nueve tomos originales. Tal cantidad de mamotretos no los iguala ni la enciclopedia británica. Es pues un negocio redondo si se recuerda que en realidad compramos apenas un minúsculo pedazo de tierra.

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