Rabu, 20 Juli 2011

El cuento de los niños índigo


No me acuerdo hace cuanto tiempo de esto, pero quizás ya pasaron unos cinco años, cuando fui a una "premier" de una película/documental sobre los niños índigo. No sabía nada del tema realmente y pensé que se trataba de niños con características muy específicas. La verdad es que el documental me decepcionó. Los niños presentados eran más o menos como cualquier otro niño que sea de inteligencia normal y que, por lo general, le gusta estar activo.

Si mal no recuerdo, el documental presentaba a una chavita -de entre tantos niños- de unos 13 o 14 años que le gustaba cantar y tocar la guitarra. Aparece en la película cantando y tocando el instrumento en cuestión, pero seamos francos, nada del otro mundo. Para una niña de 14 años toca elementalmente la guitarra y las canciones que compone son ad hoc con su momento de vida.

La cuestión es que por alguna razón, los padres de estos niños estaban convencidos que sus hijos eran especiales (¿y qué padres no piensan así?), y habían caído en este tema de los niños índigo y estaban francamente admirados, aceptando el maravilloso potencial que tendría su prole.

¿Pero qué es un niño índigo? De acuerdo a la Wikipedia, el término "niños índigo" es utilizado en el contexto de la llamada "Corriente de la Nueva Era" o New Age para referirse a aquellos niños que supuestamente representarían un estado superior de la evolución humana. Quienes defienden esta hipótesis señalan dicha evolución como un avance espiritual, ético y mental, sin atender a la definición que diera el científico Charles Darwin (variación y selección por supervivencia del más apto).

Según sea la corriente a que adhieran los creyentes en la New Age, así serán los atributos y la naturaleza que se describe de los niños índigo. Hay quienes sostienen que estos niños poseerían habilidades paranormales tales como la telepatía o la capacidad de leer la mente, mientras que los más moderados afirman que lo que diferencia a un niño índigo de uno que no lo es son rasgos más convencionales, como una mayor capacidad de empatía o una creatividad incrementada. El término "índigo" referido cromáticamente, surge de la creencia de que estos niños tendrían un aura que sería del mencionado tono de azul.

Obviamente estas capacidades paranormales no han sido demostradas en ningún estudio científico porque de hecho, la telepatía no parece ser sujeta, si existe, al método científico. Así pues, suena medio a charlatanería todo este asunto.

Pero sigamos con la Wikipedia: El término compuesto "niños índigo", se origina en el libro del año 1982 "Understanding Your Life Through Color" (Comprendiendo tu vida a través del color) de Nancy Ann Tappe, una autoproclamada psíquica y sinestésica que afirma poseer la habilidad de percibir el aura de las personas. Según sus escritos, comenzó a notar que muchos niños estaban naciendo con auras de color índigo hacia finales de la década de 1970. A principios del siglo XXI, Tappe afirma que el 97% de los niños menores de diez años y el 70% de los que tienen entre 15 y 25 son "índigo". Sin embargo, ningún estudio científico ha conseguido comprobar sus dichos.

La idea de los niños índigo fue más tarde popularizada por el libro de 1998 "The Indigo Children: The New Kids Have Arrived (Los niños índigo: los nuevos chicos han llegado)", escrito por el matrimonio y equipo formado por Lee Carroll y Jan Tober. Carroll insiste en que el concepto se obtuvo a través de las conversaciones telepáticas con un extraterrestre o "energía maestra angelical" a la que él denomina Kryon. (Bueno, esto ya es ridículo).

Las características de tales niños, de acuerdo a los creyentes del movimiento "Nueva Era", los niños índigo poseen características1 tales como una mayor intuición, espontaneidad, rechazo a una moralidad estricta y una gran imaginación, añadiéndose frecuentemente también a tales capacidades ciertos dones paranormales, o poderes sobrenaturales como la telequinesis, la clarividencia, la piroquinesis o la capacidad de sanación.

También afirman sus creyentes que estos niños poseen un fuerte sentimiento para generar una diferencia significativa en el mundo, y se encuentran naturalmente inclinados a temas relacionados con la espiritualidad, el ocultismo y el esoterismo. Sin embargo estas afirmaciones quedan en el plano de lo hipotético, debido a que no han sido demostradas científicamente. Aun así existen místicos que dicen haber trabajado con niños de aura azul (índigos), asegurando que sus características son reales y existen variaciones de estas entre un niño y otro.

La psiquiatría y la psicología han desestimado la existencia de estos niños, dado que no se ha podido demostrar su existencia. Expertos psiquiatras afirman que la New Age, debería producir evidencia empírica acerca de este supuesto tipo de niños.

El psiquiatra pediátrico Russell Barkley, sostiene que los diecisiete rasgos más comúnmente atribuidos a los niños índigo, son tan vagos que "podrían describir a la mayoría de la gente la mayor parte del tiempo", y refiere además que podríamos estar ante un fenómeno psicológico conocido como "Efecto Forer" (*). Se ha indicado también que etiquetar a un niño revoltoso como "índigo" retrasa el diagnóstico y el tratamiento que pudieran ayudarlo.

Todo hace suponer que esto es un bonito cuento para sacarle dinero a los padres que asumen que sus hijos están más allá de lo que cualquier otro niño es o hace. Hay por supuesto una fundación para este tipo de niños en México, el cual vende los libros de quienes han adoptado y "estudiado" todo este asunto. Un caso más de un engaño elaborado. De eso no me queda duda.

Y esto viene a cuento porque leo en El Universal en línea un artículo. Esta es la nota:

Vinculan a “niños índigo” con “bullying”

Especialista llama a detectar la conducta desde la lactancia y prevenir su agresividad

Miércoles 20 de julio de 2011
El Universal

Impulsividad, hiperactividad y agresividad son las características principales de los “niños índigo”, de los que se estima en México existen 2.5 millones, y de los que se debe tener un abordaje adecuado desde la etapa de lactancia.

El jefe del Departamento de Psiquiatría del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, José Ignacio Rendón Manjarrez, explicó que los “niños índigo” constituyen un problema de salud pública. “Sus repercusiones no son únicamente en el ámbito familiar, escolar y social, sino también en la prestación de los servicios médicos. Estos niños por su misma impulsividad, tienden a sufrir accidentes y violencia con más facilidad”, subrayó el especialista.

Destacó que más grave aún resulta que apenas 1% de los casos recibe atención especializada, pese a que estos menores desde la etapa de lactancia pueden ser captados y tratados “con resultados que son extraordinarios”.

El médico indicó que en el Hospital de Psiquiatría del IMSS Jalisco se reportan en promedio 260 consultas mensuales, de las cuales 35% corresponde a niños índigo o hiperactivos, que en su mayoría se ubican entre los seis y los 12 años de edad. “Son derivados generalmente por problemas de mal aprovechamiento y agresividad en los planteles educativos a los que asisten”, apuntó.

De acuerdo con el expecialista, una investigación al interior del propio nosocomio arrojó que hasta 60% de los pacientes hospitalizados en las áreas de quemados y traumatología, tiene como antecedente hiperactividad. Destacó que aunque la captación se hace en edad escolar, un “niño índigo” puede diagnosticarse desde su etapa lactante. “Son bebés muy llorones, que tienen dificultad para dormir y tienden a hacer berrinches”, explicó.

Añadió que se sabe que por cada salón de clases, en educación básica, existen entre cinco y 10 alumnos con este problema, de ahí el surgimiento del “bullying” como uno de los tantos fenómenos sociales, cuyos principales protagonistas son los niños índigo.

Ante este panorama, el especialista instó a las madres de familia a prestar atención a la conducta de sus hijos desde que son lactantes, “si es un bebé llorón, berrinchudo y con problemas para dormir, por sólo estos datos es necesario buscar al especialista” y no esperar a que el problema avance. El tratamiento para estos niños incluye la administración de fármacos, así como terapias en el grupo


Hasta aquí la nota de el Universal.

Yo de verdad me pregunto ¿cómo puede ser posible que un médico, que tiene toda una metodología científica, salga con esta batea de babas? Basta poner en la wikipedia 'niños índigo' para enterarse de inmediato de esta patraña. Simpático es, sin embargo, que el galeno no considera un atributo ser índigo sino que al contrario, dice: “Son bebés muy llorones, que tienen dificultad para dormir y tienden a hacer berrinches”.

Igualmente, no entiendo ese afán de hablar del bullying como si fuese el gran problema en las escuelas. En los últimos dos años he ido a muchas escuelas primarias de gobierno, y muchas veces he estado en el momento del recreo. De esa experiencia puedo decir que no he visto ese bullying del que tanto se habla. En toda institución escolar siempre habrá algún niño que quiere abusar de otros, quizás porque es más grande que los demás, más alto, más fuerte que el promedio, pero no es un problema terrible para los demás niños. En mi opinión, hasta cierto punto es algo normal que pase y pienso que es parte del crecer. En general los abusos de estos niños son relativamente inocuos. Pensar que el bullying causa no sé cuantos trastornos a los niños es exagerar la nota. La razón de esto, me queda claro, es que vende. La premisa de los padres es: "lo mejor para mis hijos". Así entonces, si hay un elemento como el bullying, entonces es para alarmarse porque parece ser que ya ni en la escuela los hijos pueden estar sin peligros.

Notas como la presentada en el Universal sólo demuestra falta de seriedad en el oficio periodístico. Los periodistas hacen alarde de ser muy investigativos. A mí me llevó diez minutos enterarme de la verdad sobre los supuestos niños índigo y sobre el bullying ya había dado antes mi opinión aquí en el blog.



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(*) El efecto Forer (también llamado falacia de validación personal o el efecto Barnum, por P. T. Barnum) es la observación de que los individuos darán aprobación de alta precisión a descripciones de su personalidad que supuestamente han sido realizadas específicamente para ellos, pero que en realidad son generales y suficientemente vagas como para poder ser aplicadas a un amplio espectro de gente.

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