Minggu, 12 Juni 2011

Los errores de la democracia



Uno piensa que en la democracia todos somos iguales, tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones. Podemos votar y ser votados ¿verdad? y por ello tenemos todo género de candidatos a puestos populares. Así, nos enfrentamos al "dipuhooligan", un vándalo que es capaz de romper puertas con tal de hacer su voluntad, pues finalmente con su "fuero constitucional", nadie le puede hacer nada. Otro notable caso era el del "diputable", otro imbécil que se afanaba de ir a table dance y antros con toda una parafernalia de periodistas que reportaban a qué "escort" había manoseado, entre otras cosas. Bueno, que si vamos a pagarles un sueldo por sus desmanes o tratos incorrectos o improcedentes, México es el país más adecuado, porque repito, con eso de que nuestros representantes tienen fuero, la ley no puede meterlos en control.


Pero fuera de esas estupideces, dignas de este país que no sirve ni parece que nunca servirá, hallamos el fenómeno de los candidatos a los puestos públicos. Aquí tenemos a Cordero, el Secretario de Hacienda, que ya ha dicho una sarta de estupideces sobre el salario mínimo, sobre el poder vivir con 6 mil pesos, etc., que ahora dice que está convencido que será presidente de la República... Claro si lo apoyan los de su partido. Y como él está el idiota de Santiago Creel, que en su fuero interno está seguro que es el político que México esperaba y necesitaba, o Josefina Vázquez Mota, que de tonta no tiene un pelo, no, los tiene todos.

En el mismo tenor está el PRD y el PRI, aunque en este último partido todos sabemos que Peña Nieto será el candidato oficial, aunque hagan una faramalla de elección democrática. Eso ya está recontracantado y "Capulina" Beltrones (porque es igualito a Capulina, que mala suerte para el cómico), nomás está diciendo que él quiere ser candidato porque ya está buscando a ver qué le toca en la rebatinga del año que viene o si Peña Nieto se convierte en presidente. La cuestión es estar ahí como en el vuelo del abejorro, molestando, para que no se olviden de él.

Pero todo esto conlleva un curioso error. Miren ustedes: si yo tengo una fuga de agua, será conveniente que llame a un plomero. Si tengo problemas para hacer una página web, quizás deba ubicar a un programador de computadoras. Si encuentro una plaga de mosquitos en mi casa, es probable que deba llamar a alguien para que fumigue. Pero -es curioso, muy curioso- si quiero un presidente, no necesita saber de administración pública. Puede ser abogado, cantante, empresario, etc., lo que ustedes quieran.

Cabe señalar que esta dificultad se da en otros países del mundo. De hecho, los Estados Unidos, el país más poderoso del planeta, tuvo que soportar a Reagan, que era actor. ¿Qué podría saber de economía, de administración este señor? A lo mejor era bueno actuando pero... ¿dirigiendo los destinos de un país? Y no se puede dejar de recordar a George Bush, que tenía fama de ser por demás un imbécil en todos sentidos. O Hugo Chávez, que finalmente su profesión es la milicia.

Y ése es el error. La presidencia de un país requiere de alguien que sepa de los temas públicos, de administración primordialmente, desde luego, y que además, sepa juntar a un equipo de trabajo ad hoc para esas labores. Así pues, veamos: Peña Nieto es abogado; Ebrard, de acuerdo a Wikipedia, es "internacionalista", lo cual no sé qué es ni dónde se estudia; Andrés Manuel López Obrador es egresado de la carrera de ciencias políticas, de la UNAM; Manlio Fabio Beltrones es economista; Santiago Creel es abogado; Vázquez Mota es economista por parte de la UIA.

¿Quién de estos está mejor calificado académicamente para el puesto de presidente? Se los dejo de tarea.

Tidak ada komentar:

Posting Komentar