Selasa, 17 Mei 2011

Urnas electrónicas para votar

Este país tiene una larga historia de fraudes electorales. Por muchos años el Partido Revolucionario Institucional (PRI), hizo todo género de maniobras. Se sabe que a los trabajadores de los sindicatos se les daba una papeleta, igual con la que se tenía que votar, pero ya marcada con el candidato priísta. El trabajador, para probar que había depositado ese voto en la urna, tenía que regresar la boleta que le habían dado en la casilla en donde emitiría el voto. También hubo otras trampas, más votos que votantes, conteos amañados, votos de personas que no acudieron a votar, pero que se les sufragó el voto por el partido eterno en el gobierno, etc. La cantidad de trampas y corruptelas es enorme.

Con el tiempo, supuestamente este país decidió "democratizarse" y se buscó tener un organismo, al ual llamaron Instituto Federal Electoral (IFE), para que llevara cuentas de los votos y así hacer elecciones por demás limpias. Sin embargo, a pesar de esos primeros esfuerzos, cuando Carlos Salinas de Gortari "ganó" la elección, en un momento de la misma, en los conteos que se hacían a ciertas horas, "se cayó el sistema". Se dice y mucha gente afirma que el Ing. Cárdenas ganó legalmente la presidencia, arrebatada por el PRI en uno de sus más descarados actos. Manuel Bartlett era el mero mero del IFE y en él recaerá por siempre eso de que "se les cayó el sistema". ¡Bendita computación que puede fallar ewn el momento más oportuno!

Pero en esta elección había un problema extra: estaban las boletas de la elección, que ¿por qué no? podrían volverse a contar. Si mal no recuerdo dormían el sueño de los justos en San Lázaro, en la sede de la Cámara de Diputados. Pero entonces pasó algo sorprendente: se quemó la sede, sí, hubo un incendio y por una muy afortunada coincidencia para Salinas de Gortari, las boletas se quemaron y entonces ya no se podían pedir recuentos ni nada. Tranquilidad para el nuevo presidente. Su elección ya no podría ser sujeta a ninguna inspección.

En el 2006 ganó Calderón la presidencia, aunque el margen oficialmente aceptado de la victoria fue de medio millón de votos, aproximadamente. Ahí están las boletas pero no parece haber manera en que se vuelvan a contar, a pesar de que López Obrador exigió ese "voto por voto y casilla por casilla". Yo no sé si ganó "el Peje", pero lo que sí me queda claro es que dejó una sombra de duda en el conteo de los votos. Así, a pesar de los años que han pasado, no parece poder cambiarse las cosas.

Supuestamente ahora el IFE, que recibe muchísimo dinero del gobierno, es autónomo. Supuestamente también, esto permitirá que ningún partido pueda "meter las manos" para manipular la elección que viene. Sin embargo, leo que ya el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) está licitando 1000 urnas electrónicas para ser usadas en las elecciones del 2012.

Según la nota (que puede leerse aquí), estas urnas garantizarán efectividad en el conteo y rapidez, de acuerdo a Fernando Díaz Naranjo, Presidente de la Comisión Permanente de Participación Ciudadana del IEDF. De acuerdo con este personaje ya se usaron estas urnas en el 2009, donde se votó por jefes delegacionales y diputados locales. En esa ocasión se usó una urna electrónica por distrito, y se registró una votación de 10 mil 500 ciudadanos.

A pesar de que esta iniciativa de urnas electrónicas se inició en el año 2000, hasta el 2008 los legisladores de la Asamblea del DF dieron el visto bueno para realizar votaciones con urnas electrónicas. De hecho, éstas funcionan como los cajeros automáticos, tienen su pantalla táctil y el software que la regula es francamente muy simple. De acuerdo a Díaz Naranjo, los resultados se emiten inmediatamente. Observen lo que dice: "Se demuestra que la urna electrónica avanza más rápido en el conteo, y además tiene mecanismos auditables tanto interno como en presencia de los partidos. Por ejemplo, se puede recurrir ante los tribunales para verificar alguna inconsistencia que pudiera presentar".  señaló.

La urna imprime un comprobante que le muestran al ciudadano que el voto se realizó; sin embargo, el comprobante no se lo puede llevar porque queda de constancia en el sistema, en caso de una impugnación.

De acuerdo a Díaz Naranjo también, gracias a que todo está en software, los mensajes del sistema se pueden traducir a los idiomas que se deseé y según él, la urna electrónica no tiene margen de error, es efectiva al 100 por ciento. El funcionario dijo que la vida útil de estas urnas es de 10 procesos electorales.

Pues bien, se le olvida a este funcionario tan aplicado con la tecnología, que ésta puede ser manipulable. Si antes, "a mano", se hacían todo género de trampas en las elecciones, con el software se pueden generar muchas más trampas y además, mucho más difíciles de detectar. Pero además, de eso, supongo que las urnas requerirán de energía eléctrica ¿o funcionarán con pilas? Y si se estropea algo y queda inservible en medio de una elección, en alguna casilla, ¿cómo piensan contar los votos? ¿se desecharán? ¿se eliminarán y ya? La verdad es que "papelito habla" y aún así en estos países tan dados a la corrupción, a mantener en el poder al partido fuerte por todos los siglos de los siglos, es claro que estas herramientas posmodernas son en el fondo un mecanismo más para que se haga trampa en las elecciones.

Pero aparte de todo esto, me salta el hecho de que puedan solamente ser usadas por 10 elecciones. A ver, si se usaron 40 urnas electrónicas y votaron 262.5 personas por urna, ¿me está diciendo este funcionario Díaz Naranjo que cada urna servirá para que puedan votar hasta 2625 personas en diez usos? ¿Es en serio? ¿Pues de qué están hechas? Ya ahí huele feo el asunto. Imaginen -solamente por comparar- cuántas personas usan cajeros automáticos en la ciudad de México. ¿A poco cada 2625 personas ponen un nuevo cajero automático? A mí me parece que hay algo podrido en Dinamarca, para variar.

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