Rabu, 18 Mei 2011

La cultura en Internet


Internet es sin duda una mina de oro en lo que se refiere a información. Si se pone uno a pensar lo que tenemos hoy día a lo que había digamos hace diez años, los avances en búsquedas, en cantidad de información, en la calidad de la misma, se ha multiplicado considerablemente. Y esto es gracias a un esfuerzo comunitario en muchos frentes: personas que colaboran con Wikipedia, o aquellos que ponen blogs de información sobre temas particulares, o páginas diseñadas sobre tópicos específicos. En fin, hoy día la información es quizás uno de los bienes no materiales más importantes con los que cuenta la humanidad.

Por supuesto que en todo esto tienen que ver los avances en el hardware. Hoy disponemos de unidades USB de 16 gigabytes que no ocupan ni 5 cms cuadrados. Tenemos discos duros que ahora se acercan a los 3 terabytes y es común hallarlos con un terabyte de información, es decir, 1000 gigabytes, una cantidad que es francamente asombrosa. Así entonces, nos hallamos con un poder de almacenamiento impresionante, y por ello, podemos tener en la computadora todo género de información: libros en pdf o djvu, videos, fotografías, documentos en diferentes formatos, programas de enseñanza, de entrenamiento, de lo que se nos antoje.

Con todo esto, sin embargo, hallamos además herramientas que usamos cotidianamente y que hoy en día nos parecen imprescindibles. Me refiero a los navegadores de la red y en especial al correo electrónico, con el cual la comunicación entre los seres humanos se ha convertido en prácticamente instantánea. No obstante, sigue siendo el principal colaborador de todo género de anuncios no solicitados o de archivos de powerpoint que, por alguna extraña razón, a la gente no le gusta, le encanta compartir.

Y así se genera una especie de extraña cultura en la red. hay powerpoints que nos dan indicaciones de qué hacer si sentimos que estamos teniendo un ataque cardiaco, o aquellos que nos piden no usemos antitranspirantes porque provocan al menos cáncer, pues al impedir que las glándulas sudoriparas no puedan generar el sudor, las infectamos con nuestros propios fluidos y a la postre pueden causar nuestra muerte. O bien nos hablan del doctor Hamilton Naki, autodidacta, de raza negra, que colaboró con Barnard en el primer trasplante de corazón humano pero que no se le dio ningún crédito por su color de piel (la historia, si les llegó, es falsa, basta buscar en la Wikipedia), etc.

La cantidad de historias convertidas en diapositivas de powerpoint en donde se dan todo género de mensajes, ya sea de iluminados, de ángeles, de medicina preventiva, de qué comer, de qué no comer, etc., son pasados de "correo en correo" (ya no de "mano en mano"), entre millones de usuarios de la red y la mayoría de la gente no tiene ganas ni interés en verificar las historias que se cuentan. Simplemente las creen y en alguna plática informal, en alguna fiesta, en alguna reunión, las cuentan como reales, porque "están en Internet", o "porque me llegó a mi correo personal". Ah, y me olvidaba, para colmo, todos estos archivos piden al final que los re-envíes, ya sea con amenazas de mala suerte por N años o bien apelando a tu sentido de solidaridad. No importa qué argumento den, el chiste es que los re-envíes para que todos lean estos fantásticos mensajes.

Así pues, la red es formidable pero debemos educarnos para ser más críticos. Creer cualquier cosa que se nos dice en estos tiempos de manipulación de información (imágenes alteradas con photoshop, por ejemplo), o historias increíbles que por prejuicios humanos han quedado en el tintero, es una mala idea. Entendamos que siempre habrá gente que no tiene nada mejor que hacer que armar estos lindos archivos de powerpoint para mandarlos a quien se deje, pero esto no significa que haya un ápice de verdad en muchos de ellos.

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