Selasa, 17 Mei 2011

¿Quién tiene la culpa?



En este clima de inseguridad que vive el país, que en el norte -por ejemplo- se acerca cada vez más a un Estado fallido, los medios, la gente en general, le achaca mucha parte de la culpa a Felipe Calderón, el presidente de la República. Muchos periodistas incluso hablan de que él tiene la culpa de que vayan más de 37,000 muertes violentas, la mayoría en enfrentamientos con los grupos de narcotraficantes que tienen un poder de fuego nunca antes observado en México. Vaya, hay zonas del país en donde los narcotraficantes se desplazan en camionetas poderosas de lujo, con incluso insignias pintadas en los cristales, como una "Z", que indica que son del grupo de los "zetas", aparentemente los nuevos dueños de algunas zonas de este país.



La pregunta es ¿cómo es que estos grupos tengan tanto poder? Sin duda el narcotráfico se nutre de muchos ingresos: extorsión a comerciantes, venta de estupefacientes, fabricación y distribución de cientos de miles de toneladas de cocaína, entre muchas otras drogas, etc. Pero es claro que esto no ha llegado de la noche a la mañana, sino que es parte de un largo proceso que no se detuvo a tiempo y que además, sobrevive a cualquier esfuerzo por contenerlo gracias a la corrupción que hay en todos los poderes de gobierno. Porque es claro que tantas miles de armas de alto poder, de granadas, de bazukas, entre tanto equipamiento mortífero, sólo es consecuencia de la falta de control de las aduanas, que se hacen de la vista gorda y de alguna manera dejan entrar al país toneladas de armamento. Obviamente la corrupción en las aduanas es una gran parte del problema, porque si el meter armas al país fuese realmente difícil, los narcotraficantes actuales no tendrían tal poder de fuego, que ahora exhiben en cuanto crimen cometen.



¿Es Calderón el culpable de esto? No creo que sea el culpable de todo lo que pasa en el país. Creo que finalmente es un problema que venimos arrastrando en este país de corruptelas e impunidad, que durante los últimos 70 años (desde que el PRI empezó a gobernar), ha impuesto como modelo político. Aquí en México es fácil salir de cualquier problema si se tiene dinero. Si hay recursos para repartir, seguramente alguien con posibles cargos penales por sus acciones, logrará que no se le aplique ninguna sanción. De esta manera, vemos a los pillos de cuello blanco, que defraudan, huyen del país y cuando los encuentran, regresan y curiosamente, logran un amparo con el cual jamás llegan a pisar la cárcel. Uno de estos personajes, Angel Isidoro Rodríguez, alias "el divino", quien fue acusado en México de fraude y extraditado desde España, en 1998, quedó exonerado de todos los cargos en su contra, en el 2004. El magistrado del Cuarto Tribunal Unitario Penal, José Luis Villa Jiménez, archivó el pasado día 12 la última acusación que pesaba en contra de Rodríguez, alias "El Divino", por un presunto fraude de 440 millones de pesos (38.93 millones de dólares) en perjuicio de Banpaís. Cabe señalar que una vez incluso, el divino se tiró al mar para poder huír de la policía, que lo halló en Ibiza. Así que si fuese tan inocente, ¿qué necesidad tenía de huír?



Pero regresando al tema, el punto es que Calderón puede estar haciendo mal las cosas. Se le ha criticado su estrategia contra el narco, mandando a los militares a la zona de conflicto. Quienes se quejan de esta medida y que piden que se replanteé la estrategia contra el narco no dicen qué es lo que hay que hacer. Yo simplemente pienso que si el ejército mexicano no puede contener al narcotráfico, ¿quién podrá hacerlo? Evidentemente hay corrupción también en el ejército, si santos no son, pero repito, si las fuerzas armadas no pueden, ¿qué estrategia es la adecuada? ¿qué hay que hacer? -y a corto plazo, nada de salir con argumentos de "educar a la población", etc.-  porque se necesitan acciones ahora. Sino, este país se lo va a cargar el payaso.



En resumen, los problemas de inseguridad en el país son en parte responsabilidad de Calderón, pero no se le puede achacar los 37,000 muertos a él, porque esto tiene cola. Tuvimos a un cretino de presidente, Vicente Fox, que cuando salía alguna dificultad en donde era claro que tenía que actuar decía: "¿y yo por qué?". Así, el país arrastra desde hace muchísimos, pero muchísimos años, un problema de corrupción que ni ha sido erradicado y que cada vez es peor. Todos los días hay noticias de policías corruptos, de judiciales que hacen su agosto extorsionando a los ciudadanos que -desde luego- ante esta problemática prefieren salir por la "simplificación administrativa" antes que decidir pelear por sus derechos porque bien saben que el sistema está armado para que lleven todas las de perder.



Así pues, el punto es que la culpa es en alguna medida de todos, los que toleramos la mordida, el cochupo, la extorsión de autoridades. El problema es que vivimos en un país en donde una pléyade de políticos ganan cualquier cantidad de dinero por mes y los servidores públicos, los policías, los ministerios públicos, ganan cantidades pequeñas y por ende, buscan resarcirse porque este país no da los sueldos que debería dar, aunque eso sí, se enriquecen los políticos cada sexenio.



Y lo sabemos todos y nos hacemos de la vista gorda todos. Pienso en estos momentos en Fujimori, expresidente peruano que fue encarcelado por actos penales, que le fincaron las propias instituciones de su país. Perú, con todo respeto, es mucho más pobre y tercermundista que México y sin embargo, tomaron acciones. Aquí, la presidencia es impune en todos sentidos. Los presidentes están ya protegidos de por vida, aunque sus acciones hayan sido lamentables. En nuestro México, que somos menos tercermundistas (en general) que en Perú, no somos capaces de fincarle responsabilidad a los funcionarios de alto calibre. Aquí sabemos todos de los chanchullos que hizo López Portillo, de los millones que gastó en su mansión en lo que se le llamó la "colina del perro".... Y nos reímos, y nos burlamos e incluso hay anécdotas de personas que le ladraban cuando López Portillo iba a un restaurante público a comer (pues éste hab;ia dicho que defendería al peso como un perro y finalmente se devaluó la moneda). Pero no pasamos de ahí. Y nos alegramos y disfrutamos de la supuesta humillación que concedemos a estos personajes, que no bajamos de ladrones, de corruptos, de asesinos, de lo que gusten y manden, pero en el fondo somos parte de la misma corrupción de la que nos quejamos.



Pero eso sí, hacemos marchas multitudinarias, aunque éstas no sirvan para nada. Porque son aves de paso. Llegan y se van y los políticos se mueren de la risa, de esa misma risa con la que nos reímos al llamarle a Calderón "usurpador" o a Andrés Manuel López Obrador "presidente legítimo". Somos felices diciendo en reuniones caseras que sabemos de buena fuente lo borracho que es Calderón, pero nadie es capaz de hacer nada. Y no lo bajamos de "pinche borracho", y nos solazamos en esto aunque en el fondo no tengamos siquiera la voluntad de hacer algo más.



Entonces, ¿de quién es la culpa de lo que pasa en México? Ahí se los dejo a la reflexión.



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(*) En la imagen que ilustra este artículo: mientras más rojo, más corrupto...

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