Kamis, 26 Mei 2011

Lenguajes de programación y obsolescencia


Cuando uno entra al mundo de la computación, tarde o temprano a algunos se nos despierta la curiosidad de saber cómo es que se hacen estos programas que funcionan en nuestras máquinas. Y así, de pronto, ya estamos leyendo manuales de diversos lenguajes de programación, empezamos a ver y a imprimir el código fuente de otros para ver cómo hacen los demás las cosas, y en todo este proceso vamos aprendiendo y nos vamos convirtiendo, bien que mal, en programadores.

En mi caso, aprendí a programar primero en Applesoft Basic, una versión del lenguaje BASIC tradicional, diseñado para la Apple ][. De ahí hice algunos pininos en ensamblador del 6502 y más adelante, ya en la facultad de ciencias, incluso tomé un curso de máquinas digitales con laboratorio, con el estimable físico Javier Sierra, en donde programé en el ensamblador del microprocesador 6809, amén de cursos de programación de sistemas, bases de datos, estructuras de datos, cursos varios de programación, etc.

En este largo camino por el tiempo aprendí Turbo Pascal y encontré a grandes amigos, como Víctor Delgado, apasionado de este producto de Borland, con quienes compartimos código, ideas y compiladores por muchos años. Luego llegó Delphi, que vino a ser el equivalente a Turbo Pascal para Windows y nos enfrascamos en aprender cómo programar bajo la interfaz gráfica. Pude ver Delphi 1.0 en 1994, en la 5a Conferencia Anual de Borland para Desarrolladores y quedé francamente sorprendido por las posibilidades del sistema. Usé la versión 2, 3, 4, 5, 6, 7 y las rebautizadas como Delphi 2008 y 2009 (se puso de moda poner el año de creación como número de versión. Así vimos Windows 95, 98, Windows Millenium, etc). Para mí, la versión 7 fue la más estable, la mejor, comparada quizás solamente con la versión 5. Las versiones 4 y 6 por alguna razón nunca me terminaron de gustar y siempre me parecieron inestables.

Pero he aquí que hemos llegado al 2011 y el año pasado, si la memoria no me falla, Codegear, una empresa subsidiaria de Borland, vendió sus herramientas de desarrollo y programación a la empresa Embarcadero, quien es ahora la compañía que distribuye y sigue soportando el desarrollo de las nuevas versiones de Delphi. Desafortunadamente, veo con cierta tristeza que mi lenguaje de programación favorito ya no tiene el volumen de personas que se ocupan de él. Digamos que el interés por Delphi, con estos cambios de empresas una y otra vez, ha desilusionado a muchos y es claro que cada vez parece haber menos apoyo. Y es una lástima, porque Delphi ha demostrado ser una gran herramienta, basada en el original Pascal de Niklaus Wirth y supercargado con toda la programación orientada a objetos.

Un síntoma de que algo anda mal con Delphi es que las editoriales norteamericanas que se dedican a publicar libros de programación, hacen años que no sacan un nuevo libro sobre Delphi. Y eso suena parecido a lo que pasó con una de las mejores revistas de computación que hubo en el mercado, la revista Byte, que de ser un volumen de cientos y cientos de páginas, de pronto empezó a adelgazar espantosamente y terminó muriendo de inanición. Esto está pasándole a Delphi, me parece.

Me pasó algo parecido en Prolog, aunque aquí la historia es en realidad diferente. En los años ochenta salió Turbo Prolog, y considerando la potencia de las herramientas "turbo" de Borland, me hice de este compilador. Me fui a hacer una maestría a la Universidad de Essex para aprender a usar Prolog entre otras cosas y a mi regreso escribí mi primera aplicación completa en turbo Prolog, un corrector ortográfico híbrido (usa reglas ortográficas, diccionarios, bigramas, etc.), al que llamé Lapsus. Pero he aquí que Borland regresó a los creadores de Turbo Prolog su herramienta y la empresa danesa desarrolladora, sacó más adelante una versión para windows llamada Visual Prolog. De nuevo, aunque el lenguaje sigue siendo el mismo, el soporte a Prolog es discreto y quizás en muchos sentidos no es el mejor lenguaje de programación por muchas razones, aunque sus puntos fuertes son inimitables en cualquier otro lenguaje.


El punto es que uno toma decisiones en el pasado, por ejemplo, la que yo tomé, de programar en Turbo Pascal, aunque pude haber elegido otra plataforma de desarrollo, quizás C, quizás Java, quizás ¿Visual Basic? y creo que por muchos años disfruté de una de las herramientas mejor escritas en este mundillo de la programación. Pero creo que me estoy quedando obsoleto.

Y sí, aprendí un poquito de Java, de PHP, de C++, pero no los he usado ni con la frecuencia que debería y tampoco creo tener las últimas versiones de estos compiladores/intérpretes.

Así pues, si hay alguna moraleja en esta historia sería la de tomar el estudio de diversos lenguajes de programación al mismo tiempo, por ejemplo Java y C. De hecho, su sintaxis es parecida y eso haría la curva de aprendizaje mucho más rápida, amén de que con la experiencia de lenguajes anteriores, muchos conceptos se entienden mucho más rápido. No obstante esto, es claro que los lenguajes de programación parecen tener un ciclo como las personas: nacen, crecen y mueren (no se reproducen)...

En cualquiera de los casos, pienso que a pesar de todo, esto da oportunidad  a aprender nuevas herramientas, nuevos paradigmas y seguir aprendiendo, cosa que finalmente siempre me ha parecido uno de los más extraordinarios goces en el ser humano: el del descubrir cómo funcionan las cosas y cómo hacerlas mejor, así como entender conceptos que quizás hemos pasado por alto por mucho tiempo. Quizás entonces, no todo está perdido.

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