Senin, 02 Mei 2011

El mundo es muy pequeño


Osama Bin Laden, el líder de la organización terrorista Al Qaeda fue finalmente hallado y asesinado por las fuerzas especiales de los norteamericanos. Después de casi 10 años de los ataques a las Torres Gemelas en Nueva York, nuestros vecinos del norte dieron finalmente con el líder terrorista y lo liquidaron. Desde luego que esto no acaba con dicha organización y ahora habrá de prepararse el Mundo para una posible escala de violencia, en una especie de "venganza" de Al Qaeda por la muerte de su líder y mentor.

A mí lo que me parece notable y de lo que normalmente no se piensa, es el hecho de cómo un país puede decidir perseguir a alguien hasta finalmente encontrarlo y acabar con él, o deportarlo, o lo que que ellos quieran que suceda. Por ejemplo, el caso de Bobby Fischer es interesante: cuando en 1992 se organizó el match "por el campeonato mundial" entre Spassky y Fischer, el Gobierno Norteamericano envió a Bobby una carta prohibiéndole jugar porque había un bloqueo contra Yugoslavia. Fischer en respuesta escupió en la carta enviada y jugó. Ganó 3.5 millones de dólares pero perdió mucho más probablemente: perdió su tranquilidad porque se vio en la necesidad de salir de ese país de manera subrepticia, temiendo que en cualquier frontera los norteamericanos pidieran su extradición. Así estuvo muchos años y cuando tuvo que renovar su pasaporte tuvo también miedo que lo atraparan. Nada pasó y parecía que su país de origen había olvidado el incidente (a medias, porque si hubiese entrado a los Estados Unidos, lo hubiese detenido por desacato de una orden federal). Pero en el 2001, con el ataque a laso Torres Gemelas precisamente, Fischer fue entrevistado radialmente por su amigo y gran maestro, Eugenio Torre. En dicha entrevista Bobby aplaudió la caída de las Torres, aplaudió el ataque de Al Qaeda y eso si no se lo perdonaron los norteamericanos.




En este fragmento de una película/documental sobre Fischer, puede verse como Bobby escupe en la carta que le mandaran los Estados Unidos impidiéndole jugar ese match contra Spassk (véase alrededor del minuto 3).

Después de 8 meses en una prisión japonesa, Bobby finalmente recibió ayuda de Saemi Palsson, su guardaespaldas y chofer durante el histórico campeonato mundial con Spassky en 1972. Palsson, un carpintero, expolicía y cinta negra de judo, le apodaban “Rock”, por haber ganado un concurso de danza en los cincuentas.

Habían pasado ya más de 20 años desde la última vez que habían conversado. Bobby llamó a Saemi pidiéndole ayuda. Éste voló inmediatamente a Tokio para encontrarse con Miyoko Watai, y tuvo la fortuna de visitar a Bobby en marzo 9, para su cumpleaños 62.

Fischer se veía con el pelo largo, gris, y con una barba larga. En la desesperación de impedir la deportación a los Estados Unidos, Fischer y Palsson le pidieron al gobierno de Islandia por la ciudadanía para el fugitivo. Eventualmente se le concedió dicha nacionalidad “por razones humanitarias” y porque en 1972 “puso a Islandia en el plano mundial”. En un esfuerzo por salirse con la suya, el Gobierno Norteamericano acusó a Fischer de evasión de impuestos pero fracasó en su intento y Bobby pudo salir de la cárcel y volar hacia su nuevo país, su nueva nación, Islandia. Por supuesto, antes de irse del Japón dijo que Bush era un criminal y que Japón era solamente un títere de los norteamericanos.

Este es un ejemplo de la fuerza de un país para que se cumplan sus órdenes, ya sean éstas justificadas o no. Osama Bin Laden no era ningún angelito, pero me es claro que los últimos diez años debe haber vivido de alguna manera temiendo que llegara este aciago día para él. Pasaron 10 años pero no hubo olvido, no hubo perdón. Lo buscaron, lo hallaron finalmente y lo mataron. Este mundo resultó para Bin Laden muy pequeño.

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