Rabu, 25 Januari 2012

Hablemos de medir

Soy físico y lo que sé hacer es medir. En la carrera, en la Facultad de Ciencias de la UNAM, estamos obligados a tomar una serie de laboratorios en donde se hacen todo género de experimentos que bien podrían considerarse elementales. Sin embargo, con ellos se busca que los estudiantes aprendan a medir, a entender que toda medición tiene un valor asociado que se denomina "incertidumbre", y que no existe finalmente una medida exacta.

Hay procedimientos matemáticos para hallar la incertidumbre asociada a la medida. Se han desarrollado métodos para ello, como el de mínimos cuadrados, entre otros. Así pues, el medir tiene su ciencia y carreras como las ingenierías son importantes porque nos enseñan cómo medir. El enfoque en esto en ocasiones puede ser curioso a todo esto.  Por ejemplo, en la Facultad de Ciencias no pasa mucho tiempo hasta que nos enseñan que todo lo que se mide es afectado por el proceso de medición. Vaya, observar algo afecta lo observado. Por ello, la pregunta filosófica sobre si suena un árbol cuando cae en un bosque, pero no hay quien lo escuche, sigue teniendo vigencia. ¿Cómo es lo observado cuando nadie lo observa? Misterio absoluto o quizás ¿una pregunta sin sentido?

Y todo esto viene a cuento por el fraudulento concurso de Nestlé/Oxxo. Imaginemos el siguiente escenario: usted quiere poner una puerta y entonces decide tomar una cinta métrica y medir el largo y ancho del hueco en donde estará la puerta. ¿Qué hace? toma la cinta métrica y mide el ancho y el largo ¿verdad? ¿cuántas veces hace esto? ¿Una sola vez? Lo dudo. Probablemente mida un par de veces más y anote las medidas obtenidas. Quizás, por el tipo de medición que tiene que hacer, la incertidumbre asociada sea muy chica (por ejemplo, si su cinta métrica mide hasta milímetros, entonces la incertidumbre asociada será en términos generales la mitad de la mínima escala que tenga -en este caso medio milímetro). Por ello mediciones como la que menciono resultan muy simples de hacer y con un margen de error bajo. Sin embargo, cabe decir que sigue habiendo una incertidumbre asociada a la medición que además no es posible quitársela. Es parte del mundo físico. Así es el mundo en el que vivimos y no hay nada que hacer para evitar esto.

Ahora bien, en el asunto del auto Beetle que llenó la empresa Merkaprom con vasos de 20 oz. ¿Cómo hizo ese llenado? En la primera junta que tuve con ellos, ver aquí, admitieron que no siguieron ningún procedimiento ni metodología para llenar el auto. Esto, como ya he dicho, viola las reglas de la promoción, porque se trataba de hallar cuántos vasos caben en un beetle, no cuantos vasos metió la gente de Merkaprom en el mismo (si el concurso tratara de esto debería estar sancionado por SEGOB como concurso de azar y no de habilidad). Pero además, resulta que esta gente de la agencia de promociones no parece entender que en el peor de los casos, habría que haber metido dos o tres veces los vasos al coche a ver si otra disposición les hubiese dado un número mayor de vasos dentro del automóvil. Pero no hicieron nada de esto. En un acto de ignorancia absoluto sobre cómo medir, se quedaron con un primer llenado, en donde metieron los vasos al azar en lugar de maximizar la cantidad de vasos dentro del auto, minimizando los espacios entre ellos.

A mí me queda claro que la ciencia, el método científico, el razonamiento con tendencias a la objetividad (porque no existe la objetividad completa, siempre hay un sesgo), es lo que nos ha dado en muchos casos las comodidades y ventajas con las que vivimos todos los días. Vaya, tenemos electricidad que tiene un voltaje determinado; medimos nuestro consumo de agua y luz (en litros y watts); compramos litros de leche, o kilogramos de fruta, medimos los signos vitales, el pulso, la presión arterial, etc. Ignorar estos asuntos no es entender que el mundo moderno habla todos los días de medidas y que por ende, debemos estar atento a ello. Vaya, medimos todo el tiempo y pagamos por consumir productos que se nos dan con ciertas mediciones. ¡Incluso medimos el tiempo! No es ciencia espacial. Es cosa de todos los días.

Así pues, mientras más lo pienso más me doy cuenta del fiasco de promoción que hicieron en Nestlé. Ahora ya la situación está en la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), pero que quede claro que no me voy a dejar. Yo no encuentro argumentos que refuten lo que he dicho sobre los errores que convirtieron esta promoción en un fraude espantoso. En los próximos días esto habrá de aclararse y resolverse. En alguna forma de nuevo estaré midiendo: ahora al sistema en el que vivimos. Veremos cuáles son sus límites.

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