Rabu, 25 Januari 2012

Nuestro tercermundismo


Ayer salió la noticia de que el actor Demián Bichir había sido nominado al Oscar por mejor actor. Los medios se volcaron de inmediato y seguramente deben haberlo bombardeado por todos los medios, teléfono, "acampando" en su casa, etc. Una noticia así, en este país tercermudista parece relevante.

Y ése es el problema. Nuestro países en el tercer mundo estamos acostumbrados al fracaso, a fallar, al "ya merito". No es casualidad que en los estadios deportivos muchas veces los mexicanos coreén "sí se puede", frase que en mi opinión es poco menos que lamentable. Evidentemente estas actitudes tienen historia. Por ejemplo, Michael Phelps ha ganado en dos Olimpiadas más medallas que todos los mexicanos juntos que se han hecho de una presea desde que México participa en estas competencias. Ya dejemos pensar en que eso es lamentable, más bien es triste, muy triste.

La realidad es que somos un país pobre que gasta mucho dinero en pretender hacer deportistas de alto rendimiento. Y no lo logramos porque probablemente la estructura física del mexicano, su alimentación, incluso su actitud ante el trabajo no puede dar atletas como los que se exigen ahora. Es claro que aunque no nos guste, competir con estos tipos de espaldas gigantescas, de 1.95m de alto y que parecen diseñados para la natación no es tarea sencilla. Pero en la mayoría de los deportes nos pasa lo mismo: carecemos de la materia humana que nos permita competir con estos monstruos de las justas mundiales.

Por ello, cuando sale un Hugo Sánchez que mete no sé cuántos goles, o el "chicharito", que en Inglaterra cada partido anota o colabora en las anotaciones, o una Ana Guevara, los medios mexicas lo aplauden a rabiar. Y ahora, con la nominación de Bichir, pues de nuevo, ya han profundizado en la vida del actor. Ya puede verse su filmografía, su vida, su esfuerzo por llegar simplemente a ser nominado por el Óscar, un premio que se da a lo mejor del cine norteamericano y que por la cercanía, por la influencia de los vecinos del norte, nos venden como el gran premio. Aquí en México tenemos los Arieles, si mal no recuerdo y parece ser que ese premio bien puede pasar desapercibido. Vaya, dudo que si nominan a alguien al Ariel, le hagan todo el teatro mediático que se ve ahora con Demián Bichir. Aye Bichir no era nadie. Hoy es un fuera de serie.

Porque seamos francos, sin la noticia de su nominación al Óscar ni quien se acuerde de el buen Bichir. Y no me malinterpreten. Sí que es bueno que un mexicano sea nominado en alguna categoría al Óscar, pero no hará que este país sea diferente. No nos hará eso mejores porque una vez que pase el rollo de los medios, se nos va a olvidar. Esta idea de poner en un altar a todo aquel que hace algo más allá de las fronteras es muy tercermundista, lo es tanto que ahoga. Y eso en el fondo simplemente me enoja.

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