En uno de los últimos días que estuve en Vancouver, Canadá, fuimos a Stanley Park, un parque que contiene todo género de jardines. Muy bien cuidado, muy ordenado todo, en donde se ve que hay organización y respeto en todos sentidos.
Llegamos relativamente tarde y habremos estado una hora aproximadamente. Marga nos mostró el jardín de las rosas, las cuales brillaban por su ausencia (no están en esa época), y después fuimos a ver los tótems. La verdad es que no esperaba gran cosa de esta parte pero sí me decepcionó, porque ni siquiera uno puede acercarse demasiado a ellos. No esperaba que fuese un show estilo Disneylandia, pero la verdad es que tiene poco chiste.
Como sea, fue una experiencia interesante, y me demostró que un país puede funcionar si la gente sigue las reglas, si las respeta, si no se quiere en todo momento pasar de vivo, entre otras cosas. Vancouver en un ejemplo de que se puede vivir sin pensar en la falta de seguridad, sin el temor cotidiano de a ver qué pasa ahora. He aquí las fotos que tomó Marga con su teléfono, porque me olvidé la cámara en su casa.
Mi mamá, Marga y yo
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