Hoy se casó el hijo de la ya desaparecida princesa Diana. Para los ingleses, este evento es muy importante porque, a pesar de que esa nación mantiene a todos esos parásitos que son la realeza, es claro que ellos generan un turismo importante para el Reino Unido. Ésa es probablemente la razón por la cual los sigan manteniendo a todo lujo.
Pero el punto es que el circo mediático alrededor de una boda "real", en donde la verdad, ni nos viene ni nos va a la mayoría de los seres humanos, resulta prácticamente lamentable. La transmisión -se dijo- la verían unas 2000 millones de personas en todo el planeta y ¡cómo no! si bombardean mañana, tarde y noche con noticias sobre lo que hicieron los novios, lo que dejaron de hacer, a quiénes visitaron, dónde comieron, qué ropas vistieron, etc. Bueno, todo el catálogo de estupideces fue desplegado por los diferentes medios.
Hoy en la mañana escuchaba los comentarios de alguien que en "Galavisión" decía que había una "recompensa" de 5 millones de dólares a quien pudiese captar una fotografía de los tórtolos reales en su luna de miel. Por supuesto que esto es una mentira más, porque no da fuentes, porque habla de oídas, porque así se hace creer que tomar esa placa a los recién casados merece esa cantidad de dinero, pues como se reproducirá en todos sitios, 5 millones de dólares parecen entonces una pobre cantidad. Pero nadie dice quién ofrece esto, ni qué condiciones pone para ello. Es uno más de los chismes absurdos e idiotas que promueven los medios.
Pero más grave aún no es la boda real, sino el interés que los medios pusieron sobre una mexicana, una chavita llamada Estíbaliz, me parece, que ya es mayor de edad a todo esto, pues ya puede viajar sola a Europa, que se le ocurrió el capricho de que quería ir a la boda de estos personajes. Hizo una "huelga de hambre" por 15 días, frente a la embajada inglesa, la cual salió con un comunicado a decirle que no había invitación para ella para la boda real y que mejor se pusiese hacer algo de provecho. Aparentemente logró conseguir el dinero para irse a la boda por sus pistolas, pero cuando llegó a Inglaterra le prohibieron la entrada. Los oficiales de aduanas temieron que se tratara de una loca psicópata y no le dieron entrada al país. Entonces la mocosa se regresó a España y estaba ayer esperando su última oportunidad para ver si podía llegar a Londres a participar en la boda como una espectadora más.
La realidad de las cosas es que a esta tonta habría que haberla regresado a México sin mayores trámites. Vaya, que de plano ¿no tiene tres neuronas o qué? ¿De verdad su "sueño" era ver como se casaban William y Kate? ¿Es neta? En esencia en toda esta historia hay algo perturbador por decir lo menos.
Así pues, los medios, que se las dan siempre de pensantes, maravillosos, geniales, que están siempre detrás de la noticia, se hacen eco de un acto que mañana se habrá olvidado, probablemente para la mayoría de esas 2 mil millones de personas que vieron la boda por TV. Porque en serio, la boda, la vida anterior y posterior de los novios, es algo que nos es a la mayoría tan ajeno, que simplemente es casi de locos haber dado cabida en tiempo y espacio a esta boda real. Todo este asunto raya en lo patético.
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