Kamis, 14 Oktober 2010

Negocios sin ética y honestidad





Hoy recibo una llamada de una secretaria que me dice a bocajarro: "un momento por favor, no me vaya a colgar, le paso al licenciado". Esperé y escuché la voz del licenciado fulanito de tal (no me acuerdo de su nombre), que me dice que ve en su pantalla que me gané en una promoción de Visa/Mastercard, un regalo. Me dice que se trata de un reproductor de música y que la promoción tuvo amplia difusión en radio y televisión. Le respondo que ya tengo y le cuelgo. Cabe señalar que Visa y Mastercard son competencia, por lo cual es de dudarse que ambos estén en la misma campaña de promoción.


No es la primera vez que me pasa esto. Como estaba a punto de comer, no me metí a desenmascarar a este personaje. Hay muchas "empresas" que hablan a las casas diciendo esto que me dijeron y más de uno cae en la trampa. Dichas compañías tienen incluso locales (en zonas importantes, como Polanco), donde uno puede ir "a recoger su premio". La realidad es que no hay tal premio, porque para otorgárselo, usted tiene que identificarse y muchas veces, sino es que siempre, le pedirán su tarjeta de crédito. Así, quizás le den un "premio", el cual notará que ha sido cargado a su tarjeta a precio de oro.

Hace tiempo investigué sobre este asunto y parece ser que la justicia no puede hacer nada para impedir este tipo de negocios fraudulentos.Independientemente de esto, es evidente que hay una falta de ética y de honestidad por parte de la empresa que se dedica a este engaño, porque eso es, un absoluto engaño.

Algunas recomendaciones a quienes reciban estas llamadas y quiere confirmar si efectivamente se ganó algún premio:

  • Todos los concursos, rifas, sorteos, etc., deben estar sancionados por la Secretaría de Gobernación. Pídales que les dé el número de concurso. Probablemente, en el  colmo del descaro total, le dirán cualquier cifra. Ésta debe empezar con 2010 y después una serie de cifras. Verifique esto en: http://www.juegosysorteos.gob.mx/JS05-Docs/total_sorteos_23_marzo_2010.pdf que es la lista de concursos autorizados por Gobernación. Si no está el número que le dijeron, probablemente se trata de un fraude.
  • Nunca dé ningún número de tarjeta de crédito. No se exponga.
  • Por último, en esta vida nada es gratis ("There is not a free lunch", dicen los norteamericanos). Nadie la va a regalar nada y menos si aparece en una promoción a la cual no entró explícitamente.
El punto en el fondo es la deshonestidad, la falta de ética. Estoy seguro que el "licenciado" ése que me habló sabe perfectamente el procedimiento para sacarle a la gente dinero. Esto evidentemente habla de la falta de valores que ya se ve claramente en una buena cantidad de situaciones cotidianas: Aquel que no te da el cambio correcto a propósito, a ver si no te das cuenta; o aquel chofer de valet parking que al darte el coche ya revisó tu cenicero para quitarte algunas monedas que guardas ahí o quizás aquel que te promete un beneficio a cambio de nada. Todo eso, desde luego, resulta lamentable, pero parece ser que es parte de estos pequeños delitos hormiga, que parece que no afectan, pero que en mi opinión minan a la sociedad y nos acostumbramos que "así es el mundo y no hay nada que hacer".

Y para quienes crean que exagero, vean por ejemplo a la policía capitalina. Sabemos que es corrupta, que es el enemigo número 1 de los ciudadanos, a pesar de todos los planes y programas para limpiar la imagen de estos servidores públicos. Sabemos que si cometemos una infracción, podemos arreglarla dando una "mordida", un soborno, y así nos evitaremos más problemas. Como ya nos han enseñado desde hace tantos y tantos años que la mordida es una especie de "simplificación administrativa", entonces apelamos a este recurso para no perder el día en trámites más engorrosos como el auto en el corralón, por circular un día que a uno no le tocaba o por tener que ir al Ministerio Público. Y entonces la enseñanza es que la ley es de chicle, se puede doblar tanto como los recursos económicos que estén a nuestro alcance. Solamente cuando uno viola la ley en hechos delictivos más fuertes, en donde quizás hay víctimas y para colmo, los medios de información están presentes, entonces las cosas pueden complicarse más y saldrá simplemente más caro librarse de la dificultad. Pienso en la hija de Alex Lora, del TRI, que después de su accidente, en donde mató imprudencialmente a un trabajador en el periférico por ir en estado de ebriedad, pasó -debido a la insistencia de los medios sobre el tema- 3 meses en prisión, pero ya salió. Ya el padre de la niña ésta habrá pagado grandes sumas de dinero para que su hija no se quede purgando una sentencia por homicidio imprudencial. De nuevo aquí, las leyes, maleables por el dinero, por la deshonestidad de los servidores, nos dan un ejemplo de que este país no sirve y no tiene para cuando cambien las cosas.

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