Selasa, 05 Oktober 2010

Las imposibilidades de nuestro país

Hace unos días veía que en no sé qué país del mundo había elecciones. El electorado se apersonaba en los diferentes módulos diseñados para tales cuestiones y pasaban a emitir su voto en total privacidad. Lo curioso es que no les daban papeletas con los candidatos impresos en ellas, sino que su voto lo hacían electrónicamente pues la urna era una computadora que básicamente aceptaba y contabilizaba votos. Sé también que en los Estados Unidos, por ejemplo, la gente puede votar incluso por correo tradicional. Vaya, que el voto emitido de esta manera tiene valor, se contabiliza como si fuese cualquier voto.

Y pensando en eso se me ocurrió imaginar si en México fuese posible esta votación en línea, con máquinas especializadas para la aceptación y conteo de votos. ¿Será una alternativa víable?

Después de discurrir un rato en el particular, decidí que en este país en donde se han inventado todo género de transas, de chanchullos, de esquemas para que el voto sea manipulable por quienes les interesa que el electorado vote por algún candidato en particular, ningún esquema electrónico es realmente factible.

Si acaso lo fuera, las reclamaciones de los candidatos perdedores estarían a la orden del día. Voto por voto electrónico dirían, y probablemente no les harían caso, como cuando se realizó las votaciones para presidente de la República en el 2006.

Y esto me hace pensar algo más grave: a pesar de que nos hablen de democracia, de cómo México se ha modernizado, cómo se ha democratizado, estoy convencido que no confiaríamos en ningún esquema de urna electrónica, de conteo de votos generados a partir de mover el ratón en una computadora y dar click en los candidatos de nuestra elección. Es tan frágil nuestra creencia sobre las instituciones electorales en este país, que dudo que se pudiese crear un sistema de votación electrónico que probara ser fíable en un 100%.

Así pues, creo que nuestra propia mexicanidad, la que nos hace despreciar las reglas, la que nos hacen sentir que las leyes son para los demás o peor aún son para aquellos que no pueden comprar la justicia, juega en nuestra contra.

Un ejemplo más de que este país no sirve.

Tidak ada komentar:

Posting Komentar