Senin, 01 Agustus 2011

¿Correrán la misma suerte los libros que la música?


De un par de años a la fecha, el incremento de libros que pueden hallarse en formatos como PDF o DejaVú parece estar incrementándose cada vez a ritmos más acelerados. Sin duda tiene muchas ventajas tener libros en formato electrónico. Por una parte, ocupan cero espacio físicamente, se pueden ver con ilustraciones en color -pues las editoriales no tienen que imprimir en muchas tintas como en el caso del libro en papel- y además, cuestan menos ya que no hay costos de impresión.

Sin embargo, la industria editorial pensó -aparentemente- muy bien cómo iniciaría esta aventura de pasar a formatos electrónicos sus libros y no tener que lidiar con la piratería que se ve por ejemplo, en la música. No importa qué hayan hecho los de la industria musical en estos años para contener el fenómeno de copiado de música. Simplemente no lo han podido contener. Quizás la mayor dificultad resida, precisamente, en que la industria disquera no se quiere acoplar a los tiempos modernos y quiere seguir ganando los dinerales que ganaba antes de que llegaran los iPods, los reproductores de música electrónica y desde luego, el formato mp3, que comprime los archivos musicales casi sin perder calidad o mejor dicho, sin que los que escuchan la música noten esa pérdida en la fidelidad.

Pero regresando al tema que nos ocupa, la industria del libro electrónico empezó realmente cuando las grandes tiendas por Internet decidieron sacar un lector de libros en ese formato. Fue Amazon que con su Kindle, empezó esta revolución editorial. Cabe decir que los lectores de libros electrónicos ya existían desde hace años, pero por alguna razón no habían tenido éxito. Cuando salió el Kindle, tal vez la diferencia es que Amazon ya tenía cientos de miles de títulos en formato electrónico para venderlos. Ya había pues una tienda con muchísimos contenidos. Eso es, en mi opinión, lo que dio el gran brinco para que la gente empezara a adquirir el Kindle y a comprar libros en formato electrónico.

Amazon pensó, evidentemente, en todas las posibilidades. Uno puede hacerse de un libro electrónico para el Kindle teniendo este dispositivo y una tarjeta de crédito. La conectividad 3G del lector de Amazon permite descargar en un par de minutos cualquier libro que uno compre en su tienda virtual. Sin embargo, ese libro no puede ser copiado a otro Kindle. El fabricante ha tomado medidas para asegurarse que solamente el dispositivo que uno compró pueda leer los libros que se compraron para éste. De esa manera, la tecnología evitaba el pirateo de los libros. De hecho, estos pueden respaldarse en otros medios y aún así, no se pueden copiar a otro dispositivo que no sea el que fue dispuesto originalmente para estos libros. ¿Cómo hace Amazon cuando uno quiere cambiar de dispositivo, digamos por una nueva versión del lector electrónico, para permitir que mis libros comprados puedan ser leídos en el nuevo juguete? No lo sé, pero de seguro esto también está contemplado.

Es importante señalar que Amazon permite, además, la lectura de libros en formatos populares como PDF y DejaVú, que pueden ser cargados al lector sin ningún problema. Pero estos libros en estos formatos probablemente vienen de otras fuentes y no de Amazon, que tiene su propio formato para libros electrónicos.

No obstante todas estas medidas de seguridad, el ingenio de la gente sobrepasa todas las protecciones habidas y por haber. Por ejemplo, se está notando una tendencia a escanear los libros físicos y vía algún programa especializado, "pegar" las páginas escaneadas para así formar el libro completo. Hay también dispositivos físicos que permiten el escaneo rápido de los libros (lo cual es en esencia tomarle foto a cada página y después pegar todo en un archivo), página por página en el orden correcto. Como un ejemplo de esto, entren a 4shared.com y en la caja de búsqueda escriban la palabra "PDF". Observarán decenas de miles de libros que ya están a disposición de cualquiera, en forma gratuita. Es interesante hacer notar que esta labor de escaneo de libros, por parte de individuos que simplemente quieren poner a disposición un libro de forma gratuita (ignorando, desde luego, los derechos de autor, entre otras cosas), requiere de tiempo y esfuerzo. Hay libros muy mal escaneados que francamente no valen la pena, pero poco a poco empieza a notarse que los libros electrónicos que pueden hallarse en la red, son cada vez mejor escaneados e incluso, algunos parecen que salieron directamente del "output" que se entrega para la impresión a las editoriales.

Además, están saliendo una serie de dispositivos para escanear libros que en mi opinión, sería importante tener en las bibliotecas públicas, por ejemplo. (La foto que ilustra este artículo muestra el Book Saver Book Scanner, de la empresa Ion se ve fantástico).

Amazon vende ahora más libros electrónicos que en papel. Sin embargo, aunque esta tendencia siga, hay mucha gente que le gustan los libros tradicionales, aunque ocupen más espacio. Las ventajas del libro en papel son muchas, pero la principal es que se puede usar sin necesidad de tener ningún otro dispositivo más que la mente y los ojos. No importa si no hay luz. No hay que temer demasiado a que se moje (como podría ser el caso del Kindle), y además, si no lo usamos, lo podemos guardar por el tiempo que sea, que cuando lo abramos, estará dispuesto a ser leído de nuevo (con el libro electrónico habrá que buscarlo en los respaldos, ver si el medio en el que respaldamos sirve y sino, ir a Amazon o la editorial que lo haya vendido y decirle la dificultad, etc.).

Yo pienso que los libros electrónicos sufrirán la misma suerte que la música mp3. A la larga no habrá manera de contener el intercambio y la subsecuente piratería. Me es curioso ver que en cada industria se toman pasos para proteger la propiedad intelectual y siempre termina sucumbiendo a la piratería, la cual viola todos los candados y elimina todas las protecciones.

Tidak ada komentar:

Posting Komentar