¿Una credencial más?

El gobierno federal, no necesariamente el actual, sino los pasados, han buscado implantar una cartilla o cédula de identidad para todos los mexicanos. Yo no entiendo tanto afán, pero ya hace tiempo empezaron con el CURP (Clave Única de Registro de Población), y antes quizás, se les ocurrió  la Credencial de Elector. Los gobiernos federales anteriores y actuales insisten en dotarnos de más credenciales para identificarnos porque aparentemente las que tenemos actualmente no son suficientes.

Pero antes de seguir, veamos la nota del Universal:

Presentan nuevo modelo de Cédula de Identidad

El secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, informa que la mica para menores de 18 años se pondrá en marcha en una primera etapa en seis entidades del país: Baja California, Colima, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León y Chiapas

El secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, presentó el nuevo modelo de Cédula de Identidad Ciudadana para menores de 18 años, cuyos trabajos para su implementación iniciarán el 24 de enero en Tijuana, Baja California.

Durante los Diálogos por la Seguridad. Hacia una Política de Estado, afirmó que la nueva mica se pondrá en marcha en una primera etapa en seis estados, Baja California, Colima, Chiapas, Guanajuato, Jalisco y Nuevo León, en apego a la Constitución y la Ley General de Población.

'Vamos a iniciar una primera etapa con los menores de edad, de 18 años, este es un ejemplar de la Cédula de Identidad (lo mostró) que tiene medidas de seguridad que son fundamentales para nuestro país, así lo dispone la Constitución y la Ley de Población de que los mexicanos deben contar con una cédula', destacó.
 

El responsable de la política interna del país comentó que la Cédula -cuyas medidas son similares a una credencial de electoral-, contará con diversas medidas de seguridad, como son las 10 huellas dactilares, los datos de la Clave Unica del Registro de Población (CURP) y el registro del iris de los ojos.
 

Francisco Blake refirió que el gobierno federal apoyará este proyecto con toda la integración que requiere, esto es, con recursos humanos y económicos para poder impulsarla y, por supuesto, dijo, 'la cédula de identidad tendrá algunos otros beneficios'.
 

Al respecto, el presidente Felipe Calderón en una breve intervención, recordó que la Cédula de Identidad contendrá la huella dactilar misma que 'ya está digitalizada'.
 

Además, anotó, 'tiene un elemento de iris que no tiene ningún otro documento oficial hasta ahora en México y en otros países. No es solo una huella dactilar, son las 10; y obviamente la firma y la CURP', resalto el jefe del Ejecutivo federal.

Hasta aquí la nota del diario.

Ahora hagamos un poco de historia:

En este país ninguna credencial, a pesar de la cantidad de candados digitales y físicos, ha sido impedimento para que en Santo Domingo nos hagan una identificación de esta naturaleza apócrifa. Uno de los secuestradores del Sr. Wallace, atrapado finalmente por los buenos esfuerzos de la Sra. Miranda de Wallace, dijo que había sacado una credencial de elector (supuestamente infalsificable), en Santo Domingo. Así que ningún candado que se ponga a estos instrumentos de identificación ha sido suficiente. Cualquiera, de veras, cualquiera, puede hacerse un documento falso en Santo Domingo, el paraíso de todo tipo de falsificaciones, incluyendo -desde luego- los títulos profesionales.

Pero no olvidemos al hermano de Salinas de Gortari, el expresidente de México, el "hermano incómodo", Raúl, como lo bautizó la revista Proceso, sacó en su momento más de un pasaporte falso, a nombre de Juan Guillermo Gómez Gutiérrez. Evidentemente, siendo su hermano el presidente del país, no tendría  mayor inconveniente a hacerse de este documento apócrifo en los datos, pero verídico por la Autoridad que lo emitía.

En breve, en México se puede violar la ley de todas las maneras posibles. La tradición obliga y los usos y costumbres del mexicano hacen además "normal" hacer este tipo de tropelías. La mordida, el cochupo, la extorsión, todos estos conceptos están tan enraizados en la filosofía de vida el mexicano que ya no nos causa mayor dificultad aceptar que ladrones como Raúl Salinas, hagan todo género de transas y que además, después pretenda creernos idiota para explicarnos su proceder.

El punto al final del día es que una nueva cédula de identidad, con fotografía, con las huellas dactilares, la marca del iris, los sellos holográficos, etc., todo esto, es un gasto por demás inútil, que en el fondo busca controlar a una población que no cree en la ley ni en la justicia porque en ambos casos, ésta se aplica bajo el lineamiento de cuánto dinero tienes, porque sino, se te aplicará todo el peso de la ley.

Cabe señalar, por ejemplo, que la licencia de conducir automóviles, que se tiene que sacar en las oficinas de la Policía, no sirve para identificarse en las instituciones bancarias. Si resulta que el documento expedido por la propia policía carece de valor ¿qué podemos esperar de otro documento que nos identifique?

Algo de lo que aún no se ha hablado es lo que costará esta nueva cédula de identidad. Imaginemos, solamente como un ejercicio retórico, que si somos 100 millones de habitantes y que la credencial con todos esos sellos cuesta unitariamente diez pesos, estamos hablando de 1000 millones de pesos. Con este dinero quizás se podrían construir dos o tres escuelas (¿les gusta unos 333 millones por cada una de ellas?). Pero no, qué importa el dinero. Hagamos que el mexicano tenga una cédula para identificarse porque como destacó el cretino de Blake: "así lo dispone la Constitución y la Ley de Población de que los mexicanos deben contar con una cédula".

Pero en fin, a ver qué sucede. El Secretario de Gobernación, Blake, parece tener los días contados y por ende, si esta nueva cédula es su iniciativa, quizás sea rápidamente olvidada por el que le suceda. Aquí cuando un funcionario sale de un puesto, el que entra evidentemente que rechazará todas las iniciativas del anterior. El nuevo rey es ahora quien toma las decisiones y simplemente no estará jamás con seguir ningún plan concebido por el anterior funcionario.