Selasa, 25 Januari 2011

El complejo del tercer mundo


Vivir en el tercer mundo significa -al menos para mí- cosas muy certeras. En primera instancia, que muchos artículos, que en el primer mundo cuestan X cantidad de pesos, aquí cuestan 3X más, aunque el salario mínimo de un mexicano sea ocho veces menor que el de los Estados Unidos, por ejemplo. Si se trata de acudir a un concierto con una estrella internacional, aquí los boletos más cercanos al proscenio seguramente costarán lo suficiente como para tomarse un vuelo a Los Angeles, quedarse un par de días allá y además, ver el mismo concierto que a nosotros, tercermundistas- nos siguen vendiendo a precio de oro.

Pero aparte de esto, que finalmente es material, tenemos el complejo tercermundista, el cual parece filtrarse por cada uno de los poros de la sensible piel del mexicano. Así, si Iñárritu es nominado a los Óscares, un premio que finalmente es extranjero, entonces tiene que salir la nota con frases como "Inárritu en camino al Óscar", o "Biutiful, de Iñárritu, a un paso de la codiciada estatuilla", etc. Cuando en realidad lo más probable es que dicha cinta no gane nada porque como bien dijo Sergio Zurita alguna vez: "Biutiful está jórrible". Cómo me gustaría que los medios dijeran alguna vez: "Iñárritu fue nominado para un Ariel por mejor película", pero claro, ¿a quién le importa ganarse un Ariel? Y éste es sólo un ejemplo de los muchos que hay al respecto.

Cuando el "Toro" Valenzuela pasó a las grandes ligas (de nuevo, en el beisbol norteamericano, en el de ese país), aquí los periodistas de deportes hablaron del "toro" mexica una y otra vez, de que había llegado a lo más alto del pináculo deportivo, que era una gloria para México, etc. Y lo mismo decían de Hugo Sánchez, "pentapichichi" (El Pichichi es un premio que se da en el futbol de España, si no me equivoco, al goleador de cada torneo de liga de ese país). Y entonces Hugo(oool) es otro de esos personajes mexicanos que "triunfa" en el extranjero y por ende, hay que aplaudirle, porque si es fuera del país (maldito malinchismo), seguro que es muy difícil y no como en estas tierras mexicanas, en donde cualquiera parece ser que "la hace y fácil". Y ahora es el "chicharito" Hernández, el cual mete goles una y otra vez con el Manchester United y todos los mexicanos aplaudimos sus grandes logros, porque como el chicharito no parece haber muchos.

Y pasa exactamente lo mismo si tenemos una "Miss Universo", la cual sale de un concurso gringo, controlado por gringos y cuya misión es simplemente manipular a una serie de chavitas bonitas con el sueño de convertirse en la "más bella del Universo". Y que conste, a mí me divierte ver la emisión de ese concurso porque finalmente, es divertido, pero no por ello debo pensar que ese título hay que tomarlo muy en serio. Vaya, hay mujeres muy guapas que jamás entrarán a esos concursos y que andan por las calles de las ciudades de nuestro país. Pero eso sí: ¡tenemos una segunda Miss Universo! hay que aplaudir a rabiar por eso, parece.

Lo grave en mi opinión es que vivimos en un país en donde faltan héroes y entonces, cualquier compatriota  que "triunfe"  allende las fronteras lo hacemos especial, único e irrepetible. Y por supuesto, en este país en donde se desdeña el trabajo de los científicos, de los literatos, de la gente que hace la cultura en México, y en donde "triunfar"  lo definen los medios de información, pues nos hacen creer que el mundo es así, cuando es simplemente: el tercer mundo.

Fíjense ahora otro fenómeno tercermundista: si vamos a las Olimpiadas y el centenar de gallardos atletas mexicas no logran más que un par de medallas, entonces somos un fracaso, cuando en realidad no es un fracaso; es simplemente un reflejo del nivel de nuestro deporte. Y lo mismo pasa en el futbol sóccer, en el que "el gigante de la Concacaf", a decir de los comunicadores mexicanos, es poco menos que patético y apenas puede clasificar a la justa mundialista casi de panzaso. Pero claro, si nos venden los medios la idea de que llevamos la gran selección nacional, ya sea para las Olimpiadas o para el futbol, o más tercermundista aún, la cantaleta de la justicia divina: "es que ya nos toca", entonces no sé de qué me sorprendo.

En cambio, en el primer mundo no pasa nada cuando fallan en llegar a la medalla o al primer lugar. Tienen además suficientes héroes locales para no tener que andar buscando en los que se van afuera de su país. Van a las Olimpiadas y regresan con cientos de medallas, literalmente cientos de ellas. Van a los mundiales de futbol y en muchos menos años que México, han hecho mucho más. De ser unos flanes en el futbol son ahora líderes en nuestra zona.

¿A qué se deberá esto? A algo muy simple: trabajan duro para lograr lo que buscan. Phelps gana él solo más medallas olímpicas que toda la delegación mexicana, pero claro, Phelps es un fuera de serie, sí, pero un fuera de serie que trabaja en la natación no sé cuántas horas por día. No nomás es bueno porque "así nació"  o porque "ya le tocaba". Nada de eso.

Así pues, mientras sigamos pensando como tercermundistas y no trabajemos como primermundistas, estaremos condenados a vivir en el fracaso, a recriminarnos una vez más que no lo logramos. Mientras sigamos coreando la tercermundista frase "¡sí se puede!", no podremos siquiera atisbar a lo que se ve en el primer mundo. Ahí se los dejo a la reflexión.

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