Senin, 20 Februari 2012

Del homenaje a Chespirito


Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, es un comediante que por unos 40 años ha divertido a muchas generaciones. Icono en Televisa con sus programas como "El Chaplín Colorado" y "El Chavo", el comediante ha hecho quizás un humorismo blanco, muy diferente a lo que la televisión mexicana nos tiene acostumbrados, en donde siempre lo "gracioso" parece ser el albur. En el caso de Chespirito, su humorismo no tenía doble sentido y además, en su momento entretuvo por muchas horas a los televidentes. Desde luego todo pasa de moda y quizás uno se vuelve viejo o peor aún, ya no nos hace la mínima gracia. Sin embargo en su momento Chespirito hizo su labor como comediante y además, fue lo suficientemente bueno para que se vendieran sus programas en toda América Latina.

Ahora Televisa ha planteado hacerle un homenaje y entre las actividades planeadas es la de una megacoreografía de una canción que se cantaba a veces en su programa, que asumo se llama "Qué bonita vecindad", que la verdad, ni fu ni fa. Es totalmente prescindible. Como sea es solamente un pretexto para poner a la gente a bailar en las plazas públicas disfrazados en muchos casos del Chavo, la Chilindrina, Quico, Don Ramón, Doña Florinda, la Bruja del 71, Noño, el profesor Jirafales, el Dr. Chapatín, el Chapulín Colorado, el Botijas, los caquitos, el Sr. Barriga, etc.

Y me parece bien que le hagan un homenaje en vida al comediante. A mí Chespirito me cae bien, pero fuera de mis preferencias, es claro que por muchos años apareció en la pantalla chica y fue muy visto. Hizo un humorismo que ya no se ve, menos tonto que el de Capulina, por ejemplo (al cual llamaban el campeón del humorismo blanco), aunque tampoco me parece el más hilarante. Sin embargo cuando era niño lo disfruté. Toda la vida en la televisión pues por qué no, merece un buen aplauso.

El problema es que además del homenaje, quieren hacerle no una, sino tres estatuas, las cuales se pondrían en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Ahora sí que ya esto no me gustó. Entiendo que ser popular da ciertos privilegios pero la verdad, ¿hacerle no una, sino tres estatuas, no parece un exceso? Vaya, una sola estatua me parece que tampoco va. Habla de la falta de héroes y de personas que de verdad hayan sido útiles a la nación y que por ende, se les haga un monumento "a su imagen y semejanza", por decirlo coloquialmente. Y ya hablé en otro artículo dentro de este mismo blog sobre la razón de ser de las estatuas y creo que de verdad que, por mejor que me caiga Chespirito, hacerle una estatua está fuera de lugar y es un exceso.

Desafortunadamente los patrones de comportamiento parecen ponerlos los medios de comunicación. Para ellos sólo existen los personajes que están en su mundillo. Así, no esperen ver jamás una estatua del mejor ajedrecista mexicano de todos los tiempos, el Gran Maestro Carlos Torre, el cual no fue campeón del mundo tal vez por la enfermedad que lo retiró muy joven del tablero. O bien, el ya desaparecido Dr. Marcos Moshinsky, de la UNAM, que aparte de haber sido uno de los grandes físicos en México, guió a miles de estudiantes de física en temas tan complejos como la mecánica cuántica. Tampoco esperen que se le haga un homenaje al también desaparecido Dr. Jaime Litvak, arqueólogo cuya segunda casa era la UNAM y que siempre vivió para servirla. O al Doctor don Henrique González Casanova, o a cualquier académico con toda una vida en la Universidad Nacional, nuestra universidad.

Es pues más probable que le hagan una estatua a Hugo Sánchez, o al ahora famoso Chicharito, o al Toro Valenzuela, que seguramente le dan "brillo" al país. Estas acciones -todas orientadas por las televisoras, el quinto poder- sólo hablan de que todos los valores están distorsionados. Y esto me parece por decir poco, lamentable.

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