Senin, 12 Juli 2010

una de policías

Ayer regresaba a eso de las 11:20 de la noche a casa. Estaba por el Toreo de Cuatro Caminos (el cual ya fue demolido, a todo esto). Entré al periférico pero en unos momentos una patrulla de policía me hizo que me saliera a la lateral y me detuve a ver qué era lo que pasaba. La patrulla prendió su torreta y se bajó un oficial de nombre Rigoberto (ya olvidé el apellido). Me dijo que me detenía porque mis luces traseras no funcionaban. Me pidió la tarjeta de circulación y mi licencia de conducir. Las vio y me dijo algo como esto: "pues sí, Don Manuel, viene sin luces traseras". Le expliqué que yo dentro del auto no puedo saber eso, a menos que en algún momento esté con el freno puesto y las luces no se reflejen en alguna parte. Asintió dándome la razón.

Entonces el oficial me dijo que la multa era de diez salarios mínimos. Entonces le dije que me pusiera la multa. Acto seguido el oficial Rigoberto me dijo: "eso es además de quitarle puntos a su licencia, lo cual puede hacer que la pierda". Todo indicaba la clásica extorsión. Diez días de salario mínimo y el castigo en "puntos" de mi licencia era demasiado. Quizás podría arreglarlo dándole una mordida. Sin embargo, hice un último intento y le dije al uniformado: "Mire, oficial, estas cosas pasan. Quizás tengo un corto en el sistema eléctrico y por eso dejaron de funcionar las luces traseras. Son cosas que pasan con los dispositivos, con los autos, con muchísimos equipos y aparatos. Le seré sincero. Aquí hay de tres sopas: la primera, que me aplique la multa con el demérito en puntos y listo; la segunda, que piense que todo está en regla y que este desperfecto le puede ocurrir a cualquiera sin previo aviso. No creo que merezca toda la sanción que propone por algo de lo cual -en principio- no tengo control; y tercera, que le dé "una lana", "una mordida", pues, cosa que no quiero hacer porque siento que lo estoy insultando a usted y al uniforme que porta".

El oficial se quedó suspenso unos segundos y me dijo: "voy a consultar con mi comandante, un momento por favor". Tardó un par de minutos y a su regreso me indicó: "me dice el comandante que le gustó su forma de pensar, así que por esta vez puede irse, pero ponga sus intermitentes por su seguridad y arregle a la brevedad el problema". El oficial me regresó mis papeles y le agradecí, preguntándole por su nombre. Nos estrechamos la mano y me dejó ir.

¿Cómo ven?

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