Rabu, 10 November 2010

El México de siempre

La campaña presidencial de López Portillo tenía como "slogan", como frase publicitaria: "La Solución Somos Todos". En ese entonces, este personaje llegó a la primera magistratura con resultados lamentables para la economía. En uno de sus últimos informes hasta lloró, sí, diciendo que "defendería el peso como un perro", pero aún así, la moneda se devaluó. Para evitar la catástrofe no tuvo mejor idea entonces que nacionalizar la banca, la cual años después, se la regresaron a los de la iniciativa privada.

Uno de los problemas que todo político tiene que mencionar entre sus promesas de campaña es la corrupción y que ahora sí, él sabe cómo acabar con ella. Pero la corrupción está enquistada en el mexicano. Son muchos años de un sistema corrupto, que permite el cochupo, la mordida, las dádivas, etc. Así, nos parece algo normal pasarnos un alto, por ejemplo, y si la policía nos agarra, le damos "para sus refrescos" y listo, simplificación administrativa, nada de multas ni ingreso al Gobierno. Gracias al esquema de la mordida nos salvamos todos de semejante cosa.

Hoy me entero que se está cocinando (¿o ya se cocinó?) un fraude en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Resulta que se filtró una grabación en donde un personaje de la industria farmaceútica Novartis, se pone de acuerdo con el de compras de medicinas del IMSS para que este último le dé un pedido de 80 millones de pesos a cambio de un porcentaje de la venta, que va de 4 a 5 por ciento. El comisionado de la Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios), Miguel Angel Toscano, es mencionado en dicha grabación y el involucrado ya salió en los medios a deslindarse de cualquier injerencia en este asunto. Yo no sé si sea o no culpable, si tenga relación con estos ladrones que quieren defraudar al Gobierno. Lo que sí sé es que este tipo de acciones en donde alguien con poder de compra pide un porcentaje del valor de la misma para asignarle la venta. No es de hoy este elemento en el país. Ocurre a cada rato y cuando sale una grabación y se escucha en los medios, entonces cae la fuerza mediática contra los tramposos, poniendo los locutores cara de "que poca madre de estos imbéciles", porque son los grandes actores de la indignación, a pesar de que muchos de esos personajes de los medios reciben prebendas, mejores tratos y hasta "chayote",  por hablar bien o mal de alguien.

El asunto es que este país no puede ir a ningún lado si no se puede poner orden aquí. Si hay esa corrupción galopante y no se frena, no hay de verdad para dónde hacerse. Ejemplos hay muchos de que este mal impregna muchísimos ambientes de la sociedad mexicana, a la que los gobernantes han acostumbrado a que la ley no es una cuestión de ética, sino de dinero. Pero veamos:
  1. La Sra. Elba Esther Gordillo es la líder, de por vida, ojo, del Sindicato de Trabajadores de la Educación. La "maestra" por ejemplo, no sabe leer, no tiene dicción y menos la mínima información sobre su derredor. La prueba está cuando se le ocurrió hablar del virus AHLNL, en lugar del virus AH1N1. En breve, una estúpida con poder, que sabe que Calderón le debe algo, como los millones de votos de los maestros de todo el país, que votaron en bloque a favor de Calderón. No le puedo conceder el beneficio de la duda al presidente de este país si tiene de compinche a tan nefasta señora.
  2. Muchos de los que estamos en el ambiente del ajedrez sabemos que los boletos a las competencias internacionales, pagados por el Gobierno mexicano, son los más caros del mundo.  Vaya, si hay que viajar a Grecia y cuesta el pasaje normalmente 2000 dólares, es probable que el que le venden al Gobierno cueste al menos 3000 dólares. La agencia que se encarga de emitir esos boletos de avión es sólo una y ya está asignada por las instituciones deportivas que rigen la actividad del deporte en nuestro país. Todos lo sabemos pero nadie se atreve a investigar al respecto. Es vox populi y mientras no nos cueste de nuestro bolsillo, si lo paga el gobierno, ¿para qué quejarse? El problema es que lo pagamos todos con nuestros impuestos y no se necesita ser muy brillante para darse cuenta uno de esto.
  3. Los taxistas en la ciudad de México son controlados por el Gobierno del Distrito Federal, que les pide un sinfín de cursos, revistas, controles, todo a través de un pago, para darles permiso de trabajar con un taxi. Cuando he hablado con los trabajadores del volante me he dado cuenta que ellos no son ningunas dulces palomitas pero me es claro que el GDF se encaja con ellos cuanto puede.
Pero todo esto es una mera muestra  de lo podrido de esta sociedad mexicana, producto del clásico "el que no transa no avanza" o el de "no me des, ponme donde hay". ¿Por qué otros países son menos corruptos? ¿qué hacen ellos que no podemos hacer nosotros para salir de este sistema tan abominable? ¿qué estamos haciendo mal? ¿cómo se puede revertir el proceso?

Noticias como la de hoy sobre el IMSS no me sorprenden, pero me siguen poniendo de malas, indignando, porque veo como los malos "siguen ganando" y francamente, me estoy cansando de un país así.

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