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Rabu, 18 Januari 2012
Carta al delegado de Benito Juárez
Sr. Jefe delegacional Mario Palacios
Delegación Benito Juárez
Hace más de un mes ocurrió un sismo en la ciudad de México. Yo estaba en ese momento en el teatro Teresa Montoya, que pertenece a la delegación que usted dirige. Cuando empezó el sismo se fue la luz y salimos rápidamente a ciegas. Las puertas de emergencia estaban aseguradas con candado. No pasó nada, afortunadamente, pero hubo un potencial riesgo de una catástrofe. Ver aquí para más información.
Ante esto, escribí a Protección Civil de su delegación, al Sr. Alfredo González Barrada al respecto, indicando que ese teatro (no quiero ni imaginar otros), no tiene las mínimas medidas de seguridad para quienes concurren a él. Le indiqué que hacían falta puertas de emergencia reales, de esas que tienen una barra que al presionarla se abren automáticamente (sonando una alarma para evitar abusos, por ejemplo). Igualmente, debía haber luces de emergencia por si el suministro de corriente eléctrica falla y guías luminosas (como hay en los cines y aviones), en el piso, que indicaran los pasillos perfectamente.
A través de la cuenta del Sr. Víctor Mauricio Miranda Ortiz, que trabaja con el Sr. Alfredo González Barrada, recibí el siguiente comunicado el día 21 de diciembre del 2011 (está transcrito tal y como lo escribió):
estimado Sr. Lopez en respuesta a su peticion de fecha 11 de diciemmre del presente mes y año, en el cual
solicita mayor atencion en la cultura de la Prevencion y Proteccion Civil, le informo que se tomaron medidas para
que dicha situacion no se repita nuevamente por lo que agredecemos su valiosa Observacion para asi
porder dar un mejor y optimo servicio a los ciudadanos.
sin mas por el momento, aprovecho la ocasion para enviarle un cordial saludo
A t e n t a m e n t e.
Alfredo Gonzalez Barradas
Subdirector de Prevencion del Delito
Fuera de la falta de acentos y mala ortografía del mensaje, le volví a escribir al Sr. Miranda para que me permitiera ver que efectivamente se habían implantado las medida de seguridad. He aquí su respuesta del 10 de enero del 2012:
Sr. Manuel Lopez Michelone ante todo feliz año y una disculpa por la tardansa a su peticion
se que para usted es de sjuma importancia asi como apara nosotros la prevencion en caso de alguna contingencia
como la del sismo u otra, le reitero la disculpa por la demora y esperando y no quitandole su valioso tiempo
pueda acompañarnos en un recorrido a las instalaciones ya mencionadas el proximo martes 17 de enero a las 10 de manña
sin mas por el momento, aprovecho de nueva cuenta para enviarle un cordial saludo
Pues bien, el día 17 de enero del 2012 estuve a las 10 am y apareció el Sr. Miranda. También apareció la Sra. Rosario Ábrego, encargada de dicho local. El de protección civil no fue porque "tenía mucha carga de trabajo". Les dije que yo también tengo mucha carga de trabajo y fui a la cita. ¿Entonces? Qué falta de respeto del de protección civil, que parece que lo único que le importa es su sueldo y portar un bonito chaleco de color chillante en las ocasiones que lo merezcan. ¿O no vino porque sabía el resultado de esta situación?
La Sra. Ábrego empezó diciendo que en el momento del sismo las puertas estaban abiertas (cosa que es una mentira que le señalé). Mintió contínuamente como si yo estuviese en su contra. Nunca entendió dicha señora que el que haya estas medidas de seguridad es por el bien de todos y que en lugar de decir mentiras, debería exigir que se pusiesen en donde trabaja.
El asunto es que en la inspección visual se mostró que no se hizo nada. No hay puertas reales de emergencia. No se cambiaron. No hay luces de emergencia, no hay tiras luminosas en el piso. En resumen, me pregunto: ¿para qué me citó el Sr. Miranda si nada se ha hecho? Ha pasado más de un mes desde el sismo y nada ha cambiado. Se me dijo que se han mandado los oficios pero que los recursos no se los han dado. Pero la realidad es que protección civil de su delegación es una mentira, una simulación. Es no hacer nada y solamente pasarse la bolita. Lamentable en todo sentido.
Este asunto es de máxima prioridad. La vida de todos está en peligro cuando ya sabemos que vivimos en un país de alta sismicidad y además, que los sismos no avisan. Eso sí, el gobierno sí puede pedir estas medidas de seguridad a la iniciativa privada, pero el gobierno mismo no hace lo propio. Digamos que todo se reduce a: "hagan lo que digo, no lo que hago".
Así pues, quisiera ver que se tomen las acciones por la seguridad de todos. En esa ocasión yo estuve en el teatro, pero su puesto de delegado no le da escudo contra un sismo y pudiese ser usted el que esté en una situación de crisis sísmica. Nadie está a salvo. Morirse por negligencia de terceros, por estupideces de otros es lo peor que le puede pasar a uno. Después ocurren las desgracias y el gobierno sale con fiscalías especiales para deslindar responsabilidades. Pregúntenle a las víctimas del News Divine, de la Guardería ABC, por ejemplo.
Por ende, le pido de la manera más atenta que ponga orden y que haga lo que tenga que hacer para que se cambien esas puertas, para que se ponga la alarma si se abren (esas puertas sólo se abren por dentro). Que haya luces de seguridad y tiras luminosas en el piso. Por favor, a ver si se puede dejar este país de simulación. Lo que me queda claro es que su delegación no parece importarle realmente la ciudadanía. Es vergonzoso su actuar.
Yo lo hago responsable a usted en caso de que ocurra otra contingencia sísmica y ocurra una desgracia en su delegación. Iré a la contraloría si es necesario para que las cosas se hagan bien y se ponga orden.
Espero le quede claro que no es un capricho mío, es un problema de vida o muerte. Es por la seguridad de todos, usted incluído.
Atentamente
Físico Manuel López Michelone
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Post-scriptum
Hoy hablé con el Sr. Alejandro González Barrada y después de informarle todo lo que han leído aquí, me pidió la oportunidad de ver la dificultad, que entendía que no tenía la mínima confianza después del episodio del día 17. Que la semana que viene se comunicaría conmigo y que daría seguimiento a mi caso. Vamos a ver.
A diferencia del problema con Nestlé/Merkaprom, aquí hay más que una promoción fraudulenta, hay una delegación que simula hacer su trabajo y el problema aquí va más allá de lo que pasa con merkaprom y Nestlé. Aquí la problemática incluye la vida misma. El Sr. Miranda fue a la cita del día 17 porque pensó que no iría, pero se llevó una desagradable sorpresa al verme y entonces ¿qué argumento dio? "Yo doy la cara", me dijo. De verdad, este país es una simulación, y para colmo, una simulación poco menos que vergonzosa. Pero eso sí, llenemos la ciudad de pendones con los candidatos que sí saben hacer su trabajo para con la ciudadanía. Pongan grandes mantas los delegados para mostrarnos todos los logros que hacen. No puedo creer tanta simulación. ¿Y después de esto alguien puede creer que este país sirve?
Jumat, 29 Juli 2011
El IQ, la falsa medida
Todo esto, como indiqué, me pareció ridículo y más aún, me parece totalmentre racista. Curiosamente recibí en los comentarios del blog, mensajes de inteligentísimos personajes de Mensa en México, en los cuales defendían a semejante asociación. Como no hay argumentos para justificar el racismo, y menos a partir de un número que dizque representa la inteligencia, estos amigos de Mensa-México entonces me atacaron. Me dijeron que por qué pregonaba el número de IQ que había sacado. Ya esperaba esos reproches. La verdad es que a estos personajes de Mensa-México les parece tan real e importante semejante numerito, que les molesta la confrontación de esta idea y su validez. El IQ, en serio, no representa nada, mucho menos la inteligencia de nadie. Es un argumento racista, nefasto, de gente que le vendieron la idea de que son más inteligentes que el promedio y como eso les infla el ego, cayeron en la trampa. Son tan tontos estos "inteligentes", que los de Mensa les vendió una idea muy tonta y cayeron redonditos. Para mí, esto es prueba de que estos personajes son cualquier cosa, excepto inteligentes.
Pero bien, aquí el punto es hablar un poco más del coeficiente intelectual, IQ, y hacer las reflexiones del caso. Para ello me basaré en el libro de Jeremy Bernstein, "Quarks, chiflados y el cosmos", Alianza Editorial, que me prestó Guil Russek, porque contiene un pequeño capítulo sobre el IQ. Trataré de abreviar las ideas:
Bernstein habla del libro de Stephen Jay Gould: "La Falsa Medida del Hombre", el cual es un devastador y a veces extremadamente irritado ataque a la noción de que la "inteligencia" es una "cosa" a la que, como la temperatura, se le puede asignar un único número, y que, más aún, ese número es una característica intrínseca de la persona, de alguna forma independiente de la influencia del entorno.
Todo empieza con ese afán humano de medirlo todo, y Broca, a mediados del siglo XIX fue el primero intentando sacar una correlación entre tamaño del cerebro y la inteligencia. Se aceptaba como un hecho que el cerebro grande estaba asociado con la inteligencia y entre sus datos encontró que el cerebro de los hombres es mayor que el de las mujeres. Y aunque Broca era un científico, no consideró muy en serio que el tamaño del cerebro está en correlación con el tamaño del cuerpo, es decir, un hombre con un cerebro muy grande tiene que estar en un cuerpo muy grande, pues en caso contrario podríamos pensar que se trata de un extraterrestre tal y como nos lo dibujan (*). Broca no consideró relevante este hecho y escribió: "Podemos suponer que el tamaño relativamente menor del cerebro femenino depende en parte a su inferioridad física y en parte a su inferioridad intelectual". Quiero creer que hasta los inteligentísimos personajes de Mensa hallarán esta frase espantosa y falsa. Pero el punto importante es hacia donde va Gould en su análisis. Habla entonces del uso y abuso de la medida del C.I. (Coeficiente Intelectual) o IQ. Binet, un francés fue el creador de las pruebas modernas del IQ. En 1898 Binet empezó midiendo también los cerebros, como hizo Broca, pero después de 3 años de trabajo halló que las diferencias encontradas no podían sugerir ninguna conclusión válida al respecto y escribió entonces: "La idea de medir inteligencia midiendo cabezas me parece ridícula". En 1904 se le pidió a Binet desarrollar técnicas para poder descubrir a niños con problemas de aprendizaje. Así, en 1908 el científico francés había llegado a establecer un nivel de edad a cada una de las varias pruebas que había desarrollado, es decir, la edad más temprana a la cual un niño podría ser capaz de hacer bien una prueba. A esto se le llamaba la "edad mental" del niño. Cuando esta edad se le restaba de la edad física del infante se podía asignar un número a la inteligencia del niño. en 1912, un psicólogo alemán, Louis William Stern, concluyó que sería más satisfactorio dividir la edad mental entre la edad cronológica y de ahí nació el concepto de "cociente intelectual".
Sin embargo, como apunta Gould, Binet entendía sus estudios como una escala para calificar por qué un alumno fracasaba, pero no para ponerles una etiqueta que al final de cuentas los limitara. Curiosamente el propio Gould tiene un hijo con graves problemas de aprendizaje y por ende, como científico que es, se dedicó a analizar su problemática. Halló Gould que en los Estados Unidos las pruebas de C.I. se convirtieron en una industria que pervirtió la idea original de Binet y entonces, se llegó a la conclusión que si se podía hacer una prueba de algo, esto debía corresponder a algo en la realidad (concepto que creen los inteligentes de Mensa-México), y más adelante en la noción típicamente norteamericana, según Gould, de que la inteligencia es hereditaria.
Cabe decir que en 1915 Robert Yerkes, profesor del departamento de fisiología de Harvard, convenció al Estado norteamericano de hacer pruebas de inteligencia a los reclutas, a los de la milicia. Había dos tipos de prueba, de conocimientos y una segunda, de asociaciones, de lógica (como las preguntas del examen que hice). Estas pruebas eran originalmente a los reclutas que no sabían leer o escribir. Yerkes, racista probablemente sin saberlo conscientemente, llegó a la conclusión que los negros eran innatamente estúpidos. Él creía que el C.I. era una cantidad determinada genéticamente, como los ojos azules, y no fue capaz de darse cuenta de que sus propios datos mostraban que el factor más determinante era el ambiental.
Así, usando esas pruebas, Yerkes determinó que la edad mental de los reclutas blancos era 13.08 años. El resultado no era nada halagüeño y se buscaron las causas. Un estudiante de Yerkes, en 1923, Carl Brighman, concluyó que en base a las pruebas de la Armada y a las recientes inmigraciones a los Estados Unidos, se estaba contaminando la genética de la inteligencia.
Asombrosamente se seguía pensando que la inteligencia era hereditaria y se había eliminado la posibilidad de que existiese una explicación más sencilla, como los factores del medio ambiente. Y todo esto podría haber sido incluso divertido, pero no para aquellos que quisiero inmigrar y fueron deportados bajo el Acta de Restricción de 1924. Una vez más, el racismo hacía su aparición.
Desde entonces, el C.I. se ha contemplado como una verdadera medida de la inteligencia humana en muchísimas situaciones. Cuando hablamos de Einstein decimos que era un genio, con 180 de IQ, aunque no tengo noticia de que haya hecho el profesor Einstein alguna prueba de IQ en su vida. Igual dicen de Bobby Fischer, que incluso su IQ "era más alto que el de Einstein", aunque de nuevo, en todo lo que he leído sobre el ajedrecista norteamericano, jamás he sabido que le hayan una prueba para medir su coeficiente intelectual. En realidad estas historias son mitos que los seres humanos repetimos, aunque nadie sepa si son ciertos o no.
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(*) Quizás la idea primitiva del tamaño del cerebro e inteligencia haya sido el disparador para aquellos que dibujan seres de otros mundos, siempre lo hagan con grandes cerebros y cuerpos comparativamente minúsculos.
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